Un cacique de una comunidad wichi de Tartagal, ató a su hijo a un arból para evitar que siguiera consumiendo paco. Los datos oficiales sobre adicciones en comunidades originarias son escasos.
El cacique en cuestión se llama Antonio Cabana y es el referente de la comunidad de Tonono en Tartagal. El objetivo del hombre al emplear semejante método era evitar que su hijo consumiera paco, se infringiera a sí mismo heridas o que dañe a la familia. Según declaró Cabana estaba “totalmente enloquecido con esa porquería que le venden unos vecinos”.
Al respecto, otro cacique wichi de la comunidad Los Arenales, Fortunato Constantino, denunció en diálogo con la radio cordobesa Cadena 3 que quienes venden drogas también viven en las comunidades y advirtió que los chicos comienzan a consumir desde muy temprana edad: “Desde los 12 o 13 años».
El secretario de Abordaje Integral de las Adicciones Martin Teruel, reconoció por FM Aries la problemática de las adicciones en integrantes de comunidades originarias. “Nos estamos valiendo de la cuantificación de otros organismos. Queremos poder distinguir de los cuadros de consumo problemáticos de aquellos que no requieren una asistencia”, dijo Teruel ante la consulta si su Secretaría tiene un diagnóstico de la problemática en cuestión.