El vicepresidente del colegio de arquitectos salteños se mostró preocupado por el desorden con el que va creciendo la ciudad que considera colapsada. Hay mucha gente para tan poco espacio mal organizado.
El crecimiento a lo loco y la construcción de muchas edificaciones que no cumplen con las normas requeridas, o siquiera con estudios de impacto ambiental comprobables en los últimos 20 años hicieron de Salta una ciudad que funciona como un pulpo ebrio, tirando los brazos para donde sea.
Leandro Pellegrini, vice del colegio de arquitectos, se mostró preocupado al respecto y analizó la situación que a muchos parece no preocuparles, salvo cuando las cloacas colapsan y el rebalse fecal se hace evidente.
Salta es una ciudad para 250.000 habitantes, como mucho, teniendo en cuenta las condiciones geográficas de la zona, sin embargo la población llega a los 600.000 habitantes y no para de crecer. Para ejemplificar la situación con una analogía que hasta un chico de años pueda entender lo hizo de la siguiente manera: si salta fuera una persona podría cargar con 100 kilos, pero ahora pesa cerca de 500.
Esta obesidad desmesurada de la ciudad está acompañada del crecimiento desordenado en las orillas, algo inevitable en cualquier ciudad, donde lo que crece al costado lo hace como la yerba en el campo, donde sea.