Después de dos años de ausencia, el salteño Figallo volvió a jugar para Los Pumas. En una entrevista con La Nación, aseguró que el equipo tiene que obtener el tercer puesto en el mundial de rugby.

A continuación, reproducimos el artículo completo en el que el salteño Juan «Chipi» Figallo es entrevistado por el diario La Nación. El jugador local es un gran aporte que volvió a jugar con Los Pumas después de dos años de ausencia:

El sueño de Juan Figallo sólo se materializó en parte. Luego de dos años volvió a ponerse la camiseta de los Pumas nada menos que en uno de los partidos más trascendentes de la historia: la semifinal del Mundial de Inglaterra 2015. La felicidad que le pudo producir el regreso y hasta la emocionante entrega del equipo quedaron disimuladas, o más bien eclipsadas, por la derrota.
La eliminación a manos de Australia no alcanza a empañar la histórica campaña. Pero con el recuerdo del partido en Twickenham todavía fresco en su cabeza, Figallo no puede sino lamentarse por el resultado de un partido antes que ponderar todo lo bueno que están haciendo los Pumas en este certamen. La ilusión de llegar a lo más alto era genuina, y eso hizo que el dolor por la derrota fuera mayor.
«Estoy contento de haber podido volver a vestir la celeste y blanca después de tanto tiempo, pero me queda el sabor amargo de todo jugador que quiere ganar», dijo el Chipi Figallo.
De tantas veces que se repitió, su historia es archiconocida. En octubre de 2013 había jugado su último partido con la camiseta de los Pumas y cada vez que estaba cerca del regreso, las lesiones lo postergaban, la última poco antes del inicio del Mundial. Pero el desgarro de Nahuel Tetaz Chaparro le abrió la puerta, justo a tiempo para estar en el partido más importante de los últimos ocho años.
«Veníamos a ganar y a pasar a la final», se siguió lamentando el pilar salteño. «Una derrota es una derrota, más cuando te quita el sueño al que veníamos. Estábamos yendo paso a paso, partido a partido, y duele que te quiten el sueño.»
Para los Pumas, ganar ante Sudáfrica el partido por la medalla de bronce sería algo más que un premio consuelo. En primer lugar, porque sería una ratificación más de todo lo bueno que se hizo en este proceso, con el antecedente reciente de la victoria en Durban. Pero más importante, porque este equipo está seteado para ganar, como lo reflejan los comentarios de Figallo. No importa si es un amistoso o la semifinal de un Mundial, no importa si el rival es superior. Las palabras de Figallo así lo reflejan. «Se nos cayó el sueño de llegar a la final, pero ya tenemos que arrancar a pensar en el tercer puesto. Como venimos diciendo, vamos semana tras semana. Ahora nos queda pasar el duelo y apretar los dientes para salir a buscar el partido que falta.»
Sólo cinco días (uno menos que Sudáfrica) distancian a la semifinal con el partido del viernes en el estadio Olímpico de esta ciudad. Un lapso corto en el que habrá que trabajar tanto en lo físico como en lo psicológico. «Nos tenemos que levantar, no queda otra», aceptó Figallo. «Estoy seguro de que lo vamos a hacer, tenemos un grupo humano muy, muy bueno. Yo me uní hace poquito y no me costó. Los chicos me abrieron las puertas, es un lindo ambiente.»
Por su contrato con Saracens y la nueva reglamentación de la Unión Argentina de Rugby, no podrá jugar más en los Pumas desde 2016. Ante Sudáfrica jugará su último partido, al menos el último de significación (hay un amistoso ante Barbarians en noviembre en Twickenham). Una situación en la que Figallo todavía no quiere ponerse a pensar. «Por ahora sigamos en este mundo que es el Mundial. Queda un partido, no nos olvidemos, porque es muy importante para nosotros. Tenemos que seguir soñando, que queda mucho por jugar. Después veremos qué es lo que viene. Por ahora sigo jugando en Saracens y después veremos cómo se van dando las cosas en el futuro. Por supuesto que me gustaría seguir en los Pumas. Pero realmente prefiero esperar y seguir pensando en lo que está pasando ahora.»
La charla también dejó espacio para analizar la derrota ante los australianos. Figallo valoró la entrega del equipo, pero también fue autocrítico de las cosas que nos e hicieron bien. «Cometimos errores que contra un equipo como Australia terminan en try», aceptó. «Tuvimos que remarla para volver a estar cerca en el marcador. Fue todo el partido remándola para estar ahí y la verdad que se hizo duro.»
Una de las claves para el triunfo australiano estuvo en la ventaja que sacaron en el breakdown. David Pocock, Michael Hooper y Scott Fardy, la tercera línea, fueron una máquina de robar pelotas en el ruck y desactivar cualquier amenaza de los argentinos. «Nosotros los estudiamos. Sabemos que tienen a Pocock y a Hooper y sabemos que son dos jugadores difíciles de parar en el ruck. Tuvimos nuestras buenas y nuestras malas», lamentó Figallo. «Son todas destrezas que tenemos que seguir entrenando y mejorando porque se nos metieron en alguna que otra jugada. «
En el segundo tiempo, los Pumas dejaron todo lo que tenían y les permitió irse del Mundial con la frente en alto. Simplemente, Australia fue superior. «Intentamos e intentamos, pero a diferencia de ellos que cuando estaban en las 25 marcaban, a nosotros por ahí nos robaban la pelota en ese último segundo, la pateaban, y tener que volver a arrancar otra vez te quita piernas», contó Figallo, presente en esa instancia del partido en que los Pumas parecía que podían empatar. «Ellos también jugaron bien y estuvimos tackleando hasta el final. La verdad es que fue un partido muy duro.».