En tiempos en los que se supone que el sistema es más importante que las personas, un grupo de salteños apuesta a la creación colectiva y a la revalorización de los aportes individuales. Son actores y están presentando su opera prima. La obra se llama “Lo que no se escucha”. (Gonzalo Teruel)

La obra aborda una temática de largo desarrollo en la literatura, el cine, y demás representaciones artísticas y sociales: la enajenación del ser humano. Es el trabajo de todo el año del grupo “Tumbaloya Teatro” compuesto por la primera promoción de estudiantes de la Escuela de Arte Dramático de Salta que abrió sus puertas hace dos años. “Mientras los días transcurren, en un lugar donde se instala el sistema, suceden cosas que reprimen nuestros sentidos”, anuncia la sinopsis de la pieza teatral que, además, advierte que “en nuestro interior más profundo, subyace en silencio lo primitivo”.

El desafío de los actores es revelar que esa “esencia pura e intacta espera, agazapada, el momento preciso para evidenciarse”. La obra -escrita y actuada por los nobeles artistas- escapa a los modelos de la dramaturgia clásica y niega referencias espaciotemporales. Transcurre en una fábrica que puede ser de aquí o de cualquier otro lugar, de este o de otro tiempo, donde un grupo de personas ha sido automatizado en favor del sistema que se impone con toda su ferocidad sobre las voluntades personalísimas.

“No es densa ni oscura pero si una obra fuerte o, en todo caso, cruda”, comentó  Alicia Almendra, una de las actrices, horas antes del estreno. Sus compañeros coincidieron en la descripción pero ante Cuarto Poder destacaron que “lleva un mensaje esperanzador”.

El elenco está formado por 10 actores que, dirigidos por Roxana Lugones y Natalia Aparicio, llevan adelante una trama de casi una hora sin interrupciones y con un importante esfuerzo físico y emocional. “Hay un gran compromiso corporal y, a diferencia del teatro argentino más tradicional, poco texto”, remarcó el joven actor Liam Portnoy. En efecto, “Lo que no se escucha” entra por los ojos y transmite su tensión dramática a partir del intenso trabajo de expresión corporal cuidadosamente preparado por Laura Casco y el aporte de una proyección audiovisual final.

Consultados por los motivos que los llevaron a hablar de “la enajenación”, los miembros de “Tumbaloya Teatro” reconocen que “de alguna manera, todos estamos enajenados por el sistema”. No se equivocan. Todos vivimos enajenados. Ellos son, sin embargo, la acabada muestra que siempre se puede enfrentar al sistema y por eso se dedican al teatro.

Estudian o trabajan y se ganan la vida de otra manera pero, sin embargo, apuestan al arte y a su construcción colectiva para subvertir al sistema. Tienen entre 18 y 60 años y quieren transmitir un mensaje descarnado pero, también, esperanzador y por eso Cuarto Poder los acompaña y respalda la puesta en escena de su creación artística.

“Lo que no se escucha” debutó el sábado 6 de septiembre sobre las tablas de la Casa de la Cultura y cerrará su temporada los días 2 y 3 de octubre en el Teatro de la Fundación. “De pronto, lo que no se escucha, no sólo se escucha, sino que también se deja ver y se hace sentir”, es el mensaje final de la pieza teatral. Salta lo necesita y por eso celebra la artística resistencia que “Tumbalaoya Teatro” ofrece al sistema que quiere imponérsenos.