A un colombiano lo guardaron por seis meses tras ser hallado culpable de matar, despellejar y comer gatos. Cuando hay hambre, cualquier carne es conejo. Los proteccionistas elevaron el grito al cielo.

Indignación generalizada en el municipio de Antioquía luego de que se conociera que este Juan Manuel Días Pez fuera un asesino de felinos que luego cocinaba y devoraba hasta la saciedad.

Tras reiteradas denuncias por desapariciones de gatos en la zona, la policía de aquella localidad llegó hasta la casa de Días Pez y tras allanarla se encontraron con casi dos docenas de pellejos de gatos, unos 7 u 8 cráneos y la certeza de que ahí se morfaba gato a dos manos.

El comedor de michis argumentó que los niveles de pobreza extrema no fueron necesariamente los que lo llevaron a tomar la decisión de alimentarse de las mascotas de sus vecinos, sino más bien el sabor de la carne felina, la cual describió “era para chuparse los dedos”.

Un grupo de manifestantes se puso frente a la comisaría del pueblo para hacer saber su repudio ante tamaña degeneración alimenticia, y a la voz de “comete este gato, pedazo de hijo de puta”, intentaron ingresar al recinto policial para linchar a Días Pez, quien fue rescatado de las garras de los conservacionistas sacados de ira y trasladado a otra comisaría, luego puesto bajo custodia y se determinó que pasara los siguientes meses tras las rejas, no tanto por haber sucumbido al gaticidio, sino más bien para evitar que los manifestantes lo hicieran recagar.