Un relevamiento de la CAME revela que “del campo a la góndola, los precios de verduras son 7,5 veces más caros”.
La diferencia entre lo que paga un consumidor por los productos agropecuarios y lo que recibe el productor en el campo, sigue siendo excesiva, y perjudica a los 2 actores más débiles de la cadena: las familias y las economías regionales.
En septiembre, según el Índice de Precios en Origen y Destino que elabora el Departamento de Economías Regionales de CAME, para una canasta de 20 alimentos agropecuarios, la diferencia entre el precio que pagó el consumidor en góndola superó en 7,5 veces a lo que recibió el productor en el campo. Los productos más afectados por las distorsiones de precios en la cadena fueron la acelga, que alcanzó una brecha de 20,86 veces, seguida por la manzana roja de 15,44 veces, el arroz de 14,41 veces, limón de 12,57 veces, pera de 12,12 veces y naranja de 10,72 veces.
“Las asimetrías en la trasmisión de precios es signo de una dinámica perversa en el interior de cada cadena comercial” indicaron desde la CAME y ratificaron que esta situación “genera fuertes distorsiones de valor y comprime a los eslabones más débiles que son el productor y el consumidor”.