Los partes de prensa de la Policía salteña son un compilado de burradas inolvidables. Compartimos con usted algunos ejemplos de la pésima redacción policial. Los uniformados escriben con las patas.

Si usted ingresa a prensapolsal.gob.ar, el sitio de la División Prensa y Difusión de la Policía de nuestra provincia, encontrará textos imposibles capaces de horrorizar a maestras de primaria. Resúmenes bizarros que intentan relatar los hechos en los que interviene la Fuerza pero naufragan en la incapacidad literaria de los ropa prestada. En este artículo nos vamos a poner vigilantes con los vigilantes y señalaremos algunas de esas notables erratas.

Pero espere, no nos vamos a poner gorilas y a señalar despectivamente a todo aquel que escriba “las una”. Solamente nos encargaremos de la Policía. Usted sabe, siempre está bien hablar mal de la mencionada institución, para utilizar una expresión cercana a los uniformados.

Podemos encontrar errores que causarían indignación en cualquier editor con poca alegría de vivir: falta de tildes, espacios de más y párrafos que narran el mismo suceso en diferentes tiempos de verbo. Nada que no se pueda encontrar en cualquier medio de nuestra ciudad, incluido este semanario.

Algo que percibimos es la falta de revisión de los textos, otra característica compartida con la mayoría de los artículos periodísticos de la actualidad. De lo contrario, no se comprende las razones por las cuales algunos permanecen hermanados a errores que muchas veces son bastante tontos. Por ejemplo: “Alrededor de las 11:30, los uniformados fueron desplazados hacia al lugar del hecho, constatando que el joven de 16 años, conductor de la motocicleta, por causas a determinar, colisionó en la parte trasera de un transporte público de pasajeros conducido por un hombre de”.

¿De qué? Nunca lo sabremos.

En el sitio también encontramos extractos casi surrealistas como: “Durante la semana personal de dicha división luego de efectuar averiguaciones en relación a los diferentes hechos delictivos cometidos en distintos inmuebles de la zona”. En un taller literario quizás hasta podría pasar por un texto enigmático, de final incierto.

Hablando de talleres literarios y otros menesteres de estudiantes de Humanidades, no olvidemos los recitados poéticos. Alguien tendría que hacer un mash up entre parte policial y poesía. Por ejemplo, tomemos el siguiente párrafo de un texto publicado en 2014: “Tan solo 14 años tiene el alertante, quien en la fecha encontró en inmediaciones de calle 9 de Julio y Monteagudo, se encontraban dos envoltorios color ocre tipo ‘ladrillos’”.

Ahora trabajemos en el mismo:

Tan solo 14 años tiene el alertante,

quien en la fecha encontró

en inmediaciones de calle 9 de Julio y Monteagudo,

se encontraban dos envoltorios

color ocre

tipo “ladrillos”.

También podemos encontrar textos con errores propios de la escritura veloz. En ellos percibimos la urgencia con que fueron realizados. Sentimos la angustia del autor inyectada en cada una de las palabras. Ofrecemos un ejemplo: se trata de la descripción de una persona desaparecida, que vestía “un pantalon jena largo, una remera borgo de quipo de futbol y una campera azul con lineas rojas y bl”.

En el parte titulado “Tartagal: Frustrado intento de robo”, publicado el 26 de octubre de 2015, encontramos uno de los mejores ejemplos del estilo policial. Lo pegamos completo para que usted lo aprecie en su totalidad: “Siendo horas 12:50, se tomo conocimiento de una S/ TENTATIVA DE ROBO en calle Guemes al 500 de la ciudad de Tartagal, donde funcionaría un local comercial que funciona como cobro express, venta de boletos y trasladado de encomiendas; en el lugar, un empleado  de 35 años de edad manifestó que momentos antes se encontraba en el interior del local en el sector de las computadoras, en momentos que en encargado del lugar, un hombre, mayor de edad expresó que se iba a la Municipalidad, llevándose consigo un bolso con dinero en efectivo. Minutos después escucho desde la parte externa del local la percusión de un disparo de arma de fuego, logrando observar al encargado junto a un sujeto con casco que lo apuntaba con un arma de fuego, resultando lesionado en uno de sus miembros inferiores (pierna), posteriormente observó el arribo de una motocicleta cuyo conductor llevaba casco por lo que no pudo observar los rostros y quienes ser retiraron velozmente del lugar sin lograr sustraerle el bolso.  Por el hecho se registró otro lesionado, un joven de 24 años de edad, quien en forma circunstancial circulaban por el lugar en motocicleta, recibiendo  un impacto de disparo de arma de fuego, en el muslo derecho; asimismo el testigo expresa que los causantes  serian dos personas de sexo masculino que circulaban en una moto alta cilindrada marca Yamaha IBR color roja; al lugar arribó ambulancia procediendo al traslado de los lesionados al nosocomio local; en el lugar, se hizo presente personal del Dpto.Criminalística, comisaria N° 42 y móviles del DSU, además de personal de la Brigada de Investigaciones que iniciaron las tareas afines a su labor para dar con los autores del hecho. Asimismo ambas víctimas fueron derivadas al nosocomio local donde quedaron internados en estado de observación además el hecho fue puesto a consideración de las autoridades judiciales que caratularon el hecho como S/TENTATIVA DE ROBO”.

Como vimos, el texto anterior es como las obras más pretenciosas de los artistas. Esas en las que se nota que intentaron poner todas sus influencias y ambiciones en un solo carril.

También podemos hallar momentos casi de hip hop, cual batalla de gallos policial. Es el caso del siguiente párrafo, que hace uso y abuso de la sonoridad de la letra p: “Estas personas se encontraban realizando movimiento de pasamanos, lo que hacía suponer que estaban comercializando sustancias estupefacientes, por tal motivo el personal prosiguió con el procedimiento correspondiente procediendo a la demora de los mismos”.

Otro momento genial es el siguiente, repleto de ambigüedades. ¿El autor habla en primera o tercera persona? ¿Se trata de una denuncia o un relato, una confesión infiltrada? La falta de tildes nos genera la duda: “La propietaria, una mujer  de 35 años escucho ruidos que provenían desde afuera del domicilio por lo que al salir observo al causante intentando abrir su automóvil, interviniendo la misma para retener al adolescente el cual extrajo un cuchillo y la lesiono en la muñeca”.

Hasta aquí llega el breve repaso. Antes de la despedida, una aclaración: no queremos que este artículo perjudique a los ignaros uniformados y uniformadas responsables de los escritos antes citados. Consideramos, sí, necesaria una capacitación en la materia. De paso, para que los policías se entretengan. Siempre es preferible que escriban “mi mamá me mima” en lugar de dedicarse a golpear perejiles.