Uno de los terrenos donde se levanta la nueva Alcaidía de Tartagal con dinero del Fondo de Reparación Histórica esta inmerso en un proceso judicial. Pertenece a la mujer del Chaqueño Palavecino pero en junio del 2012, Rodolfo Urtubey ordenó la toma de posesión del mismo.
El Fondo de Reparación Histórica sigue dando qué hablar. Y aunque lo común es que se lo señale por la somnolencia con que se ejecuta, ahora es noticia porque una obra prevista en el programa se lleva adelante pasando por alto el derecho de posesión que la mujer del Chaqueño Palavecino, Beatriz Leonor Robles, tiene sobre uno de los terrenos en donde se está levantando el nuevo edificio de la Alcaidía de la ciudad de Tartagal. Que la obra avanza no hay duda. Según información oficial actualizada al 14 de agosto del 2013, la construcción es llevada adelante por la firma Yacuy S.R.L., fue valuada en un primer momento en $2.500.000 pero terminó licitándose en $4.500.000, de ese monto el gobierno ya lleva abonando $2.071.723 y el avance físico de la construcción está en un %46,44.
El problema, entonces, es otro: uno de los terrenos en lo que se levanta la construcción esta judicializado. Se trata del inmueble identificado con la matricula N° 21.950. Cuarto Poder pudo averiguar que el primer comprador del mismo fue una persona de apellido Páez que habría adquirido la propiedad en la primera mitad de la década del 70. A este señor, la actual suegra del popular cantante compró el terreno hace años para luego transferirlo en la persona de su hija Beatriz Robles que se quedó con la posesión del mismo Robles -según lo declarara más de una vez el “Chaqueño”- es la “compañera fiel de muchos años que me ha apoyado en mi carrera desde cuando no era conocido y tocaba en los bailes por la comida, ella se llama Beatriz Robles, es profesora de baile folklórico y fue mi apoyo incondicional”.
La posesión del inmueble por parte de Robles duró hasta el 27 de junio del año pasado. Ese día, Rodolfo Urtubey en carácter de Director Ejecutivo del Fondo de Reparación Histórica emitió la resolución Nº 12 por medio de la cual solicitó al director de la Dirección General de Inmuebles tomar posesión del terreno. El mismo documento designó a Julio Roger Acosta para ejecutar la orden. Cuando dos días después Acosta procedió a cumplir con el mandato, dejó constancia que el terreno estaba cercado por un alambrado de cinco hilos y que en el lugar existía una precaria construcción habitada por un matrimonio con cuatro hijos: el mayor de 24 años y el menor de 14. Los vecinos del lugar con los que se comunicó este medio, aseguraron que en aquella jornada la precaria construcción fue desmontada por personal de la penitenciaría de Tartagal y que la familia desalojada que sería de apellido Paredes habría sido asistida con una vivienda por el gobierno para evitar escándalos. La conducta del gobierno provocó una denuncia penal por usurpación.
No es la única acción judicial que está en curso. Y es que la mujer del “Chaqueño” recurrió a la Justicia y en octubre del mismo año interpuso, además, una petición de no innovar al verse afectada en sus derechos, como así también un interdicto que le permita recuperar la posesión del dominio valuado en un millón de pesos. La causa quedó en manos del Juez de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de Segunda Nominación: Leonardo Araníbar. Este juez tiene ahora una papa caliente en sus manos. Nadie sabe muy bien como hará para lograr que el Estado respete los derechos de la mujer cuando ese mismo Estado no ha dado muestra de rectificar la violación de los mismos. Y es que después de esquivar durante todo el 2012 la acción judicial de la propietaria original del terreno, el 8 de noviembre de ese año se firmó el contrato con la empresa Yacuy y el 8 de enero del 2013 empezaron los trabajos que al día de la fecha tiene un avance de casi un 50% de las obras. El nuevo edificio tendrá celdas comunes e individuales para alojar a los presos y contempla un patio para el uso de los internos, un sector para la administración, un salón de usos múltiples, un área para realizar entrevistas, una cocina comedor y baños para hombres y mujeres. También contará con un puesto de control en el ingreso al predio, un vallado perimetral y puestos de control.