El cultivo de porotos reviste gran importancia en la región norteña del país, se siembra principalmente en Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, también se encuentran en desarrollo producciones en Córdoba y Chaco. Hay expectativa en la próxima cosecha.

Los más comercializados son los blancos o tipo Alubia, Negros, Porotos de Color y Poroto Mung.

Gracias a las condiciones climáticas del Norte Argentino la siembra de esta legumbre es oportuna y eficaz, se siembra en diferentes áreas que varían entre cuatrocientas a cuatrocientas cincuenta mil hectáreas, según el año. Desde los `90 gracias al sistema de Siembra Directa se mejoró rotundamente su estabilidad productiva, al optimizar la conservación del agua y nutrientes.

Por otro lado no es lógico pensar que tras 20 años de utilizar la tierra para el cultivo, el ambiente del suelo sea el mismo, el valor nutricional, la oferta microbiana, la capacidad de retención y la materia orgánica pierden fuerza, por ello los productores de poroto están atentos a los nuevos desafíos que les permitan perfeccionar el rendimiento, lo hacen mediante la optimización de la semilla con pureza genética y estado fitopatológico, atendiendo así a la uniformidad y el desarrollo vigoroso inicial del lote.

Otro aspecto que toman en cuenta además de la correcta implantación, es la redirección de la energía captada a órganos rentables, esto quiere decir preparar el terreno promoviendo los brotes laterales en etapas tempranas, para obtener mejores plantas, robustas, erguidas y resistentes. Una planta balanceada tiene el IAF (Índice de Área Foliar) adecuado para su rendimiento y el uso eficaz del agua y nutrientes.

En lo que refiere a la fotosíntesis el control de enfermedades es clave, por ello se trata de mantener el área fotosintética activa lo más verde posible hasta el fin del ciclo de cultivo, que suele durar entre 90 (algunos menos) y 110 días, y control temprano de enfermedades, entre sus principales patologías nos encontramos con Mancha Angular, Antracnosis, Roya del poroto, Pseudomonas, Esclerotina y Rhizoctonia.

Para evitar todas estas patologías la nutrición es fundamental, ya que los nutrientes tomarán funciones estructurales y funcionales en el ciclo de vida de la planta. Estas aflicciones se solucionan entendiendo el suelo y su relación con la planta, en ese contexto el programa nutricional de Stoller busca conocer las necesidades del cultivo.

Stoller cuenta con formulaciones balanceadas que permiten aplicaciones sin alterar las proporciones de los nutrientes ni la función fisiológica del poroto, la utilización del fertilizante en el suelo también es clave para generar resistencia de la planta y evitar el estrés así también como el uso eficaz del agua.