ALEJANDRO SARAVIA
De golpe, nuevamente, el Poder Judicial se puso de moda. En la Nación y en la Provincia. Vamos a tratar de analizar este asunto partiendo de nuestro vecindario pasando al otro ámbito más extenso.
En nuestra provincia se está debatiendo la cuestión del Juicio por Jurados, materia que venía ya impuesta desde 1853 por nuestra Constitución Nacional, a la cual, como corresponde, no se le dió bola. Sin embargo, como gran logro, se habla de implementar ese mecanismo en Salta, donde tiene ya medio acuerdo legislativo de la Cámara de Diputados. Ahora está en tratamiento de los jurisconsultos integrantes de la Cámara de Senadores provinciales. Fulbito pa’la tribuna.
El Poder Judicial, en especial las cortes y el fuero penal, gozan de un especial desprestigio, semejante al de los sindicalistas y algunos politicos. El cumplimieno de la manda constitucional, en esta circunstancia, tiene el propósito de lavar la cara de ese poder con un supuesto acercamiento de esa tarea a la sociedad. Para ello se piensa que involucrar a ésta, a la sociedad, en la administración de justicia, especialmente en hechos resonantes como son los que merecen pena de prisión perpetua, va a lograr el efecto milagroso de limpieza de imagen. Los hechos que habrán de protagonizar, hipotéticamente, esa tarea de limpieza son los homicidios calificados del artículo 80 del Código Penal y las violaciones seguidas de muerte de la víctima del artículo 124. A lo sumo, supongo yo, habrá de ser no más de un juicio de esa especie por año o cada dos años.
La característica de este tipo de juicio es su espectacularidad. Tanto es así que muchas películas exitosas los tuvieron como eje de sus guiones. Una de ellas, extraordinaria película, tuvo como actor principal a Henry Fonda, título: “Doce hombres en pugna”. Se recomienda verla a los interesados en el tema.
En verdad, uno, lechuza cascoteada ya, es escéptico respecto de este “operativo limpieza”. La gente está harta de los tiempos judiciales, es decir, que la conclusión de las actuaciones lleve años. Está harta de percibir a los jueces como integrantes de una casta, y no en el sentido mileísta del término. Y está harta de que a la justicia nunca lleguen “los conocidos de siempre”, es decir, los funcionarios públicos que de golpe en el ejercicio de la función se vuelven millonarios sin tener la fortuna de algún antepasado que les haya legado en un testamento una idem, es decir, una fortuna.
En otras palabras, el operativo limpieza no pasa por armar un show, pasa por designar en los lugares claves gente creíble. Pero creíble no para los funcionarios públicos a los que tienen que controlar sino creíbles para la sociedad. De eso se trata sencillamente. Creíbles son las personas que tienen un prestigio personal propio y que, en consecuencia, no depende del barniz que le otorga el hecho de estar, precisamente, desempeñando un cargo público. Ese prestigio debe venir como antecedente, es decir previo, al ejercicio del cargo, y que por eso mismo se lo debe cuidar.
En cuanto a la Nación y la justicia, es obvio que la cuestión pasa por la confirmación por la Cámara Federal de Casación Penal de la condena a Cristina Fernández de Kirchner por el delito de administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública. Como con toda seguridad ese fallo habrá de ser recurrido por ante la Suprema Corte de la Nación, este tribunal habrá de aquilatar ya cuatro causas en contra de la misma persona, sin resolver. La presente sobre la obra pública, la de dólar futuro, el memorándum con Irán y Los Sauces-Hotesur. Es decir, la gran Menem.
Recordemos el caso del pago de sobresueldos a ex funcionarios del gobierno de Menem. El exjefe de Estado fue condenado en diciembre de 2015 a cuatro años y seis meses de prisión. La condena fue confirmada por Casación y en diciembre de 2018 llegó a la Corte Suprema. Van a cumplirse seis años que el máximo tribunal tiene la causa para resolver.
Otro caso del expresidente fue el de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador durante su presidencia. En ٢٠١١ fue absuelto en el juicio oral y dos años más tarde Casación lo condenó y se le impuso una pena de siete años de prisión. El fallo fue revisado nuevamente por Casación y Menem fue absuelto en ٢٠١٨ por el criterio de “plazo razonable” para ser investigado. Y en 2019 la causa llegó a la Corte Suprema. Desde entonces también se espera la resolución. Menem murió en febrero de 2021 sin que sus causas hayan sido resueltas por el máximo tribunal.
Acá, en el caso obras públicas de Cristina Fernández, tengamos en cuenta que lo que dividió el fallo entre los tres jueces de la Cámara de Casación no es si el o los delitos existieron o no sino si se trató de un único hecho continuado o la sumatoria de varios hechos independientes. Primó el primer criterio, el de delito continuado, es decir, un solo hecho que duró al menos diez años, y por eso la pena fue de 6 años, caso contrario, el de asociación ilícita, hubiese sido de doce años.
Con prescindencia de ello, tengamos en cuenta que los tiempos de la Corte Suprema son eternos casi como los laureles y, para más, mensurados conforme a criterios de ponderación política. Una falencia estructural de nuestra justicia que impide tomar a ésta como punto de referencia de nuestra recuperación institucional. Esos tiempos son los que nunca habrán de dejarnos tranquilos. De ahí la “gran Menem”.
En cuanto a Cristina Fernández, inminente titular del PJ, la misma, desde ese altavoz, encabezará la oposición con beneplácito de Milei. Y, por otro lado, mostrará cómo desperdicia Lousteau su presidencia de la UCR, ya que, sin causas penales, al menos conocidas, y presidiendo un partido político, permanece en un limbo mientras el partido que preside se desgaja por falta de ingredientes o argumentos, léase iniciativas políticas, que lo mantengan vivo. Pregunto: ¿para eso quieren comandar un partido político? Con los argumentos que da la gestión Milei podrían hacerse un pic nic.
En esa jefatura de la oposición política, Cristina Fernández, con absoluta seguridad se postulará como candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, ya que sus dos hijos, el político y el biológico, no dan pie con bola y siguen boludeando como siempre. Como tal, presidirá el año próximo el bloque del PJ y cimentará su candidatura para el 27 porque si Perón tuvo tres por qué ella no. Mientras, todos discutirán si está o no inhabilitada por el doble conforme de su condena.
Tal esquema habrá de ser una bendición para las fuerzas del cielo atento las palabras lanzadas hacia la historia por la condenada Fernández en su primera intervención tras el fallo, en el propio Instituto Patria: “La palabra eficiencia no es solamente de tecnócratas, la tenemos que resignificar para el peronismo”. Está hablando del Estado y reconociendo que tras dieciseis años de gestión gubernamental y más de veinte de ser el eje politico, en el kirchnerismo recién ahora descubren que la gestión estatal requiere algunas bondades como la eficiencia, que ellos no tuvieron en cuenta ya que sólo lo utilizaron para hacer caja, posibilitando que un desquiciado como Milei use eso como argumento central para destruir al Estado autopercibiéndose un topo. Con adversarios así, la campaña se hace en automático.