¿Hay desconfianza sobre el sistema de salud público o privado en Salta? Esta es la pregunta que nos hacemos cuando una legisladora (salteña) decide emigrar a Buenos Aires para dar a luz.

La llegada de un nuevo ser al mundo es motivo de alegría y miles de bendiciones. Es la felicidad por la que transita la familia Lávaque Romero desde el pasado 4 de diciembre: fecha de la llegada de la nueva integrante Esmeralda, nombre cuyo significado es «bella como la piedra preciosa del mismo nombre», «aquella que tiene esperanza» y «la que irradia pureza”.

Su mamá, la diputada provincial Bettina Romero había despertado cierta preocupación cuando se la vio en fotografías el 2 de noviembre pasado, acompañando a su padre, el senador nacional Juan Carlos Romero en la entrega de los premios Lola Mora en el Congreso de la Nación. La inquietud surgió ya que los tiempos no cerraban para que la legisladora provincial pudiera andar trepando en aviones de ida y vuelta, debido a su avanzado estado de gravidez.

Luego, la preocupación fue despejada al conocerse que la legisladora salteña ya se encontraba residiendo en Buenos Aires, a donde se disponía a dar a luz a la pequeña. Según señalan Bettinita (como la conocen todos), ya había programado repetir la historia del nacimiento de sus hijos lejos de la provincia a la cual representa, y también alejando la oportunidad de mostrar al ciudadano común, que  el sistema de salud público o privado de Salta, merece confianza.

Muy por el contrario, el argumento esgrimido por la diputada, es que su partera reside en la gran ciudad, y es precisamente hasta allí a donde acudió para sentirse “mas segura”, que es un requisito primordial para toda mujer embarazada.