El martes pasado dos jóvenes bolivianas denunciaron a Cuarto Poder golpes y ultraje por parte de gendarmes en el puesto que la fuerza posee en la ruta entre Pocitos y Tartagal. Tras los hechos se dirigieron al consulado de ese país en Orán para dejar asentado el caso, aunque prefirieron no hacer la denuncia. (C.A.F.)

Margarita Vuistaz Saldaño, de 19 años, viajaba acompañada de Olga Giménez en un taxi cuyos servicios habían contratado para dirigirse desde Pocitos a Tartagal. La primera es dos años menor que la segunda y ambas tenían como destino final la provincia de Corrientes, a donde se dirigían por cuestiones laborales. Al menos ese día, todo quedó trunco porque tras un control de gendarmería decidieron viajar a Orán para denunciar en el consulado que la república de Bolivia posee en aquella ciudad.

La travesía se vio interrumpida alrededor de las 15:45 de ese día cuando el vehículo fue detenido por un control de rutina en el puesto que la gendarmería posee en el cruce con  la ruta 81. Allí los gendarmes sospecharon de las jóvenes (no del taxista ni del ciudadano argentino que viajaba con ellos azarosamente) y luego de pedirle que bajaran del automóvil para introducirlas al puesto de control, personal femenino de la fuerza sometió a las muchachas a una serie de tratos que las jóvenes calificaron de indignos y que luego denunciaron a este medio con la ayuda del otro pasajero que viajaba en el taxi.

Margarita Vuistaz Saldaño aseguró a Cuarto Poder que “a los empujones nos llevaron adentro y ya adentro tres gendarmes de sexo femenino empezaron a maltratarnos. Nos querían quitar los celulares, robar los documentos y hasta nos pidieron plata. A mi amiga Olga le pegaron en el rostro y luego nos obligaron a desnudarnos para hacernos tacto vaginal que fue sumamente violento” dijo en medio de sollozos.

Tras los hechos y acompañadas por el pasajero del vehículo se dirigieron a la calle San Martín 134 de la ciudad de Orán. Allí funciona el Consulado de Bolivia en donde fueron recibidas por el Cónsul Julio César Yapuchura, que en comunicación telefónica con Cuarto Poder certificó que “las denuncias de compatriotas nuestros por este tipo de trato son constantes y debemos remediarlo. En estos momentos estoy escuchando el relato de mis compatriotas, asesorándome al respecto y si es lo que comentan denunciaremos a los efectivos en la Fiscalía Federal”.

Días después las autoridades consulares confirmaron a este medio que las jovencitas que debían volver el miércoles a la mañana para efectivizar la denuncia prefirieron no presentarse por temor a represalias. Carla Villarroel, agente consular de Bolivia en Orán, confirmó la existencia de actitudes como éstas, en las que ciudadanos bolivianos dejan registrado ante el cónsul vejámenes similares pero se resisten a realizar las denuncias formales. Para éste caso puntual, Villarroel informó que el cónsul se comunicó con Gendarmería Nacional para poner al tanto de las autoridades el detalle de lo sucedido.