En el espacio televisivo-radial el empresario agredió repetidamente a la periodista feminista. A raíz de esto la agrupación publicó un comunicado en repudio al nuevo caso de violencia mediática.

Fue interrumpida en numerosas ocasiones por el periodista entre otras cuestiones pidiendo definiciones del feminismo sobre el caso Lucio, manifestando que «no todos los hombres somos iguales», leyendo mensajes agraviantes del público, diciendo que el también sufre violencia y que fue golpeado de niño. A raíz de las permanentes afrentas Peker manifestó «ahora termino llorando», con la voz evidentemente quebrada, a lo que Mino también se sumó «yo también lloro». Luego de la entrevista Peker canceló todos sus compromisos posteriores.

Acerca de esta situación la agrupación Periodistas Feministas de Santa Fe elaboró un comunicado que dio a conocer a través de sus redes:

«La comunidad santafesina y, particularmente las periodistas de la ciudad, hemos presenciado una vez más el ataque de parte de un varón en un medio de comunicación. Una entrevista con la periodista y escritora especializada en género Luciana Peker derivó en una reacción negativa por parte del conductor frente a su discurso feminista. Quien no supo ni quiso escuchar a la entrevistada, sumado a la necesidad de imponer una postura machista avalada por los mensajes de la audiencia, fue el propietario del medio y conductor, Luis Mino.
Para quienes asumimos la responsabilidad de contar la realidad de mujeres y diversidades sexuales en sus diferentes contextos desde la perspectiva de género, lo sucedido el viernes 16 de marzo en Aire de Santa Fe constituye un insulto, un agravio y una descalificación».

El comunicado continúa: «Los feminismos conforman movimientos que, de manera constante, se reformulan y se revisan en cada momento histórico. Los discursos que reaccionan frente a nuestra militancia insisten en argumentos tales como: ‘no todos los hombres son iguales’, ‘las feministas tienen que expresarse (sobre tal y cual cosa)’ y ‘a mí también me agreden’. Dicho de otra forma, la respuesta que obtenemos es la victimización de algunos varones que no están dispuestos a una reflexión franca sobre sus privilegios, la pretensión de instruirnos sobre qué debería ser el feminismo y cómo ejercerlo, la minimización y el desconocimiento del origen de la violencia que denunciamos. Con esos argumentos intentan negarnos la posibilidad de exponer lo que pensamos, comunicar todas esas conceptualizaciones que a lo largo de décadas y ya siglos, fundamentan luchas y conquistas de derechos. Conquistas que han permitido otorgarle mayor igualdad a la vida en democracia».