Un empleado del buffet del ex senador Agustín Pérez Alsina utilizó todos los contactos para apropiarse por la fuerza de los hijos de su ex mujer, de los que el renovador había sido padrino. La lucha de una madre contra un poder judicial que sabe de amiguismos. (DOM)

La justicia no es ciega ni trata a todos por igual. O sea, tiene poco y nada de justicia. Y esto es lo que padece Laura Natalia Apaza, que no ve a sus dos hijos más pequeños desde el 9 de diciembre, día en que Damián Soto Barrionuevo se los llevó por la fuerza de la escuela.

Se separaron de común acuerdo. Además de la tenencia de las criaturas a favor de la madre, la Defensoría Oficial Nº 4 también dictaminó, en ese momento, que Damián debería pasar en concepto de cuota alimentaria a favor de su hijo menor el porcentaje del 65% de los haberes que por todo concepto percibo como empleado del Estudio Jurídico del Dr. Frezzer Durand Agustín Vicente… exceptuando los descuentos de ley, más Obra Social. También se dictaminó que Damián debía transferir a favor de la madre de sus hijos todos los derechos y acciones que le correspondían sobre una vivienda en Cerrillos.

El texto firmado por la defensora oficial civil Natalia Buira es claro cuando hace referencia a la tenencia, a favor de la madre y establece un régimen de visitas: el padre podía concurrir “al domicilio en que sus hijos convive con su progenitora y solicitarlo para mantener una adecuada comunicación con el mismo y supervisar su educación, conforme lo establece el Art. 264 del CC.”

Hasta acá es la historia de un divorcio civilizado. Pero el 9 de diciembre el hombre que trabaja en el estudio jurídico de Agustín Pérez Alsina decidió apropiarse de los chicos. Y acá se nota lo que podría llamarse “efecto derrame de la impunidad”: ser empleado de Agustín Pérez Alsina (que además había sido el padrino de las criaturas) puede hacer, por ejemplo, que policías intenten todo tipo de maniobras para no aceptar una denuncia, como la que de todos modos la madre concretó el 6 de diciembre, cuando sus hijos no volvieron a casa.

En la denuncia consta que Barrionuevo prácticamente secuestró a los más chicos a la salida de la escuela, en el último día de clases. Ese día, había ido la hija mayor de Laura, quien, pese a llevar el apellido Barrionuevo, no es hija de Damián. Allí ella se encontró con que el ex marido de su madre quería llevarse a los chicos. Comenzaron a discutir. Damián la tomó por el brazo derecho y le causó una lesión, mientras la amenazaba: “soltalo, no te lo vas a llevar, sino te voy a romper la cara”. Damián se llevó por la fuerza a una de las criaturas, la otra quedó en la escuela, pues iba en el turno tarde. Mientras la madre y su hija hacían la denuncia en la policía, el otro chico fue retirado de la escuela por una mujer que dijo ser una tía (Carina Barrionuevo). Se lo llevó a las 16 horas.

En la justicia, más adelante, Laura Natalia Apaza consiguió ampliar declaración ante el juzgado, en el que exige la restitución de sus hijos. Allí señaló que el hombre es agresivo, tiene un mal trato con la gente, insulta todo el día, que así lo conoce toda la familia. “Hay que hacer las cosas que él quiere para que todo esté bien”, consta en la declaración. También consta maltrato psicológico contra los chicos.

De todos modos, el hombre se apropió de las criaturas. El peregrinar por la justicia y la policía es lo más difícil. Los expedientes se pierden, se traspapelan, los policías no quieren tomar las denuncias y cuando tienen que actuar lo hacen de mala gana. Para Laura Natalia Apaza está más que claro que Damián está moviendo los contactos a través del estudio jurídico del que forma parte Pérez Alsina para que esto se trabe en un laberinto burocrático y las criaturas no vuelvan donde pertenecen: con la madre.

Diario de una madre

Cuarto Poder tuvo acceso a un escrito presentado por la madre de estas dos criaturas ante la justicia. Los detalles muestran claramente cómo el aparato burocrático, más allá de una desidia casi inherente, está inclinando el caso a favor del hombre que trabaja para el ex senador. Transcribimos, a continuación, de manera casi textual, esas notas:

6-12-2013: “Se llevó al medio día a (Nombre de los chicos) , después del acto de jardín de infantes, con la promesa del abuelo paterno José Barrionuevo de que los llevaría el domingo 8/12, ya que el padre le pasó mi número para que nos comuniquemos, recibí una llamada del abuelo el domingo a horas 23.45, en la cual me dijo que el padre llevaría a mis hijos, el día siguiente a la escuela presidente Roca, en el horario de entrada.

9-12-2013: (Se lleva a las criaturas)

10-12-2013: Me llevó toda la mañana encontrar mi expediente por el sistema burocrático.

11-12-2013: Me presenté ante la Defensoría Civil Nº4 para realizar una copia al expediente de divorcio.

11/12/2012. Fui ante el Ovif para exponer mi situación ya que nadie pero nadie hacía lago para devolverme a mis hijos, radiqué la denuncia que hasta hoy no tienen respuestas. A horas 22 me presenté ante a comisaría Nº2 para pedir protección para retirar en buenos términos a mis hijos, teniendo en cuenta lo ocurrido con mi hija. A horas 23 en un móvil nos trasladamos al domicilio donde reside actualmente el padre de mis hijos con su actual pareja. Siendo en vano ya que no salió nadie. Me llevaron al destacamento Lola Mora, Radiqué una ampliación de denuncia policial.

13/12/2013. Me llegué a la comisaría Nº 1 a hablar con el cabo Alvarado, quien en su poder tiene las denuncias, que tienen que ser enviadas a Fiscalía Penal Nº6, el cabo me manifestó que le faltaba copia del DNI de mis hijos, copia de expediente y certificado médico legal de Ana Laura, por la denuncia hecha, que lo llevaría el día 16/12 a la fiscalía.

16-12-2013. A horas 11 me hice presente en la fiscalía Penal Nº 6 para ver si ya podía recuperar a mis hijos, la respuesta fue que no había llegado la denuncia. Asesorada por personal judicial y viendo mi peregrinar y no obteniendo respuesta busqué una defensoría para que vean por mis derechos de madre que quiere recuperar a sus hijos.

Saqué número y me dieron la defensoría Nº2. Me llegué hasta allí, me dieron audiencia para las dos partes el día 18 a horas 9., no se presentó, presenté todas las denuncias y la abogada me dio un escrito en el cual tenía que llegarme a la comisaría Lola Mora y en compañía de personal policial tenía que dirigirme al domicilio donde se encontraban mis hijos para que de manera pacífica retire a mis hijos. No se encontraban ni el padre ni mis hijos, la pareja actual lo llamó por teléfono y é habló con el policía y le dijo que mis hijos no querían tener contacto conmigo, nuevamente volvió a Lola Mora y efectué una exposición con al cual me dirigí hoy a una defensoría, y me dijeron que vuelva el lunes 23.

Este artículo periodístico se está terminando de escribir en la madrugada del viernes 20 de diciembre. Hace exactamente once días que una madre no ve a sus hijos. Y a nadie parece importarle mucho esto.