Todos hablan de los argumentos futboleros que usó Reynoso para explicar porque el juez Bavio no lo quiere. Aclaró además que no se presentó a declarar el miércoles pasado porque tuvo que ir al psicólogo por “culpa” de Bavio.
El documento enviado por fax el pasado miércoles recusando al juez Leonardo Bavio tiene 11 carillas y mucha de ellas son francamente desopilantes. En las mismas se recusó por “enemistad manifiesta” al juez que lo investiga y argumentó sobre los motivos de esa enemistad que se han vuelto noticia nacional. De la que todos los medios nacionales hablan es la relacionada a las internas de un equipo de futbol del que tanto Bavio como Reynoso formaban parte.
El escenario fue el torneo conocido como la Liga de La Loma, de la Asociación Cultural y Deportiva de Profesionales de Salta. El momento: hace “unos tres o cuatro años”. “(…). Las circunstancias las siguientes: “jugábamos fútbol en el mismo equipo (en realidad jugaban más Uds., pues yo era el ‘convidado de piedra’, siempre en el banco de suplentes, salvo que le faltaran jugadores y obligatoriamente tuve que integrar, creo que en un solo partido, el plantel desde el inicio”. Reynoso continúa recordando que tuvo un entredicho en uno de los partidos y “me vi en la necesidad de solicitar mi pase a otro equipo”. Recuerda que primero mantuvo el “entredicho/cruce” con el fiscal Villalba “pues me habían hecho ingresar, ante mis pedidos cuando faltaban 15 minutos para finalizar el encuentro, y si bien pude ingresar –relata con precisión Reynoso–, no pasaron siete minutos en que el Dr. Villalba me quiso sacar del equipo, es decir, que deje de seguir jugando”. Reynoso recuerda que como Villalba lo pretendía sacar, “ante mi tenaz negativa, se acercaron otros integrantes del equipo (cita al hermano del juez Bavio y a otro juez)” que coincidieron con Villalba. A todo, esto, el juez Bavio, estaba lesionado pero no quería salir y “llevaba jugando casi todo el partido”. Desenlace: Reynoso abandonó el equipo.
Citó también “otro antecedente de suma gravedad” fue una oportunidad en que “Ud. me increpó de manera pública, incorrecta y desubicada”, durante la Primera Reunión de Jueces Federales del Norte por motivo de una resolución en una causa en la que “estaba en juego la seguridad de la ciudad” ya que “tres gendarmes quedaron prácticamente encerrados en un baño, rodeados de cientos de enfurecidos bagayeros”.
Otros argumentos extraños se relaciona a la vida de los hijos de uno y otro juez. Resulta que en el documento Reynoso lamenta que en las investigaciones “se vea mencionada mi hija (…) casi con la intención de involucrarla”. Y pasa a recordarle a Bavio una circunstancia en la que el propio Bavio lo llamó “para solicitarme que recibiera/atendiera a su hijo varón (…) y efectivamente así procedimos, le dimos una cálida acogida” y le recuerda que estuvo “dos –2– días buscando información, creo que también estadísticas (…)”. Reynoso aclara que “no es para enrostrarle nada, simplemente para recordarle (por si lo haya olvidado) la manera en que recibimos a su hijo en nuestro Juzgado”.
Después, Reynoso justifica su ausencia no en una decisión tomada apelando a sus fueros de magistrado sino que informa que no pudo presentarse porque había concurrido al psicólogo, de cuyo tratamiento responsabiliza a Bavio. Y “adjunto certificado médico, solicito postergación de declaración de indagatoria fijada para el día de la fecha y toda otra medida judicial”.