Eso es lo que asegura una nueva denuncia contra “Los Chilo”, la banda de pegatineros del gobierno que ya fue varias veces acusada de agredir a miembros de la oposición. El grupo de choque es señalado como responsable de haber herido a un joven en zona sur el sábado pasado.
Los hermanos Chilo, líderes de la banda de pegatineros del oficialismo provincial y acusados de ser custodios personales del gobernador Juan Manuel Urtubey, fueron acusados nuevamente de haber golpeado brutalmente a una persona. En este caso, se trata de un joven de 22 años que está internado en el Hospital San Bernardo.
El diario El Tribuno asegura que un vecino de barrio Bancario afirma que el hecho fue el sábado al anochecer, cuando un grupo de cerca de 25 personas que responden al grupo ‘Los Chilos‘ atacó a cinco jóvenes del barrio Limache, en las cercanías del súper Vea del mencionado barrio con “por lo menos tres armas de fuego”. “Según el testigo no hubo disparos pero, al acercarse más jóvenes del barrio a ver que sucedía, móviles de la Policía llegaron al lugar y reprimieron a los jóvenes mientras el grupo de pegatineros se alineaba detrás de los uniformados”, describe el matutino.
La Policía confirmó solamente un hecho ocurrido sobre las 10 de la noche, pero de ayer, en la intersección de las calles San Roque y San Justo, del Barrio Bancario, donde se registró un enfrentamiento que involucró a cerca de 50 personas.
De acuerdo al denunciante, el joven que quedó en el piso estaba “agonizando”, aunque la versión de la Policía es que el herido estaba consciente y que decidió trasladarse al nosocomio por sus propios medios. Una vez allí, y constatada la gravedad de sus heridas, un cuadro de traumatismo encéfalo craneal, el joven de apellido Flores, acusó a los hijos de uno de los Chilos como agresores, hecho que fue confirmado a El Tribuno por la Policía de la provincia.
El Tribuno también publicó una entrevista a Carlos Marín, el pegatinero que fue atacado hace pocas semanas y acusó a Los Chilo de haberlo agredido e intentado asesinarlo.
«Yo no tengo la menor duda de que me estaban esperando a mí y no para pelear, sino para matarme. Estoy seguro de que recibieron órdenes», declaró Marín en las últimas horas, recuperándose de su estado. «Creo que quieren monopolizar las pegatinas», completó.