Getulio Vargas, aquel  presidente de Brasil, tenía una frase que hizo historia: “Para los amigos todo, para los enemigos la ley”.

Por: Alvaro Guido Borella – Editor Cuarto Poder

El primer Perón, aquel contemporáneo de Vargas, la tradujo para nuestro país bajo la siguiente fórmula: “A los amigos todo, a los enemigos ni justicia”. Después, como sabemos, Perón cambió de temperamento, comprendió que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino, se hizo un león herbívoro, se abrazó con Balbín y trató de amigar al país a pesar de los estúpidos imberbes que arruinaron el final de su vida, de su gobierno y abrieron las puertas del infierno.

Ahora, con la fe de los conversos, aquellos que nunca se jugaron por nada, que sólo capitalizaron servidumbres, disfrutan de todo y, más aún, hasta administran justicia. Eso es lo que debe soportar el semanario CUARTO PODER y su correspondiente web con esta Corte de Justicia provincial que no sólo padece de mediocridad y desprestigio sino que en sus veleidades llega a castigar a aquellos medios independientes que no suelen comer de la mano de los poderes de turno. Para ellos, claro, no hay justicia.

Días pasados, en una sentencia de cliché, con fundamentos meramente aparentes, dejó sin efecto la muy fundamentada sentencia del Juez de la Sala III de la Cámara Civil y Comercial,  Dr. Marcelo Domínguez, que citando pacífica jurisprudencia de la Corte de Justicia de la Nación había ordenado proseguir  aplicando la pauta publicitaria tal como se lo venía haciendo al Semanario bajo mi dirección.

Como todos saben la pauta publicitaria en malas manos es ejercida para domesticar a los medios periodísticos que no se pasen de la raya, que sólo publiquen lo admisible para, obviamente, los que manejan esas pautas. Es por ese motivo, por ejemplo, que en nuestra provincia no se sepa qué es lo que pasó con las traductoras Graciela Kuhne y Thelma Edwards, desaparecidas misteriosamente; o con las francesas; o con el asesinato de Jimena Salas; o con Gastón Sanz, Es decir, con decenas de desaparecidos en estas tierras.

Peo es también por eso que no se sabe del destino de la docena de causas penales en contra del exgobernador Juan Carlos Romero, padre de la Intendente Municipal, Bettina Romero, la que hoy mezquina las pautas a este Semanario por el simple crimen de ser independiente. Lo único que se sabe de esas causas es que están cajoneadas en la Corte de Justicia junto con las causas de los Intendentes cuyo juicio ordenara la propia Corte Suprema de la Nación. Está claro que no sólo los Kirchner desobedecen las órdenes del Superior Tribunal Nacional. Por ello mismo es que no se sabe nada del destino del renombrado Fondo de Reparación Histórica que por sumas millonarias en dólares pesa sobre la provincia y, en consecuencia, sobre sus habitantes.

No, no tenemos una Justicia independiente en la Provincia. Tenemos una Justicia cómplice y encubridora de los que nos empobrecieron y que se ensaña solamente con los perejiles o con aquellos que pretenden ser independientes. Por eso es una Justicia mediocre y desprestigiada, porque esos vicios comienzan y se profundizan desde la cabeza. Ya lo decía Perón: las instituciones como los pescados comienzan a pudrirse desde su cabeza. Pues bien, la cabeza del Poder Judicial de Salta está ya desde hace tiempo podrida.