Diversos pasajeros de la línea 7 reportaron la presencia de una entidad que acosa sin dejar rastro. Lo llaman el bulto fantasma. Nadie lo puede ver, pero todos lo sienten.
No discrimina: hombres, mujeres, niños, ancianas, gangosos e incluso hinchas del Albo, nadie se salva de la apoyada, sobre todo los martes entre las 2 y 3 de la madrugada, que es cuando más veces se han reportado las apariciones de “el bulto”, como murmuran quienes han sentido su presencia en las nocturnidades.
Los choferes de la línea se han rehusado a dar testimonio alguno, pero fuentes confiables aseguran que a más de uno le han puesto la palanca de cambio en el hombro durante el recorrido nocturno y por eso no se animan a decir palabra.
El hermetismo también se debe a que circulan versiones que involucran a chamanes de bajo costo que intentaron realizar una especie de limpia espiritual en las unidades con resultados totalmente adversos. En lugar de ahuyentar al fantasma apoyador serial, lograron atraer a un fantasma disléxico que vende “lapiceras para el bolsillo de la dama y para la cartera del caballero”.
Miguel Rossi, uno de los apoyados durante un martes a la madrugada cuando retornaba del boliche bailable Kaetano, comentó que “la historia es vieja y se trata de fantasmeados que no se dan cuenta que ya es hora de volver”. No sabemos si se refería a las apariciones en los colectivos o a los otros fantasmas que circundan la zona del canal Esteco los martes a la madrugada y también viajan en el 7. (Ampliaremos)