Una joven de 15 años fue agredida por una de sus compañeras en una escuela de Tartagal. Su rostro quedó marcado por diversos golpes y arañazos. La madre de la adolescente asegura que una de las preceptoras quiso minimizar el hecho y evitar el contacto con las autoridades.

Una alumna de la escuela Técnica OEA, de la ciudad de Tartagal, fue atacada por una de sus compañeras, quedando con diversas heridas en el rostro. El hecho ocurrió después de que la joven impidiera el paso a la agresora, por pedido de una de las preceptoras.

«Como aquí se había perdido una cartuchera y la netbook de una compañera, la preceptora me dijo que cuide la puerta y que no deje pasar a nadie. Yo estaba sola, parada en la puerta del aula, y vino otra chica de otro curso. Cuando quiso entrar le dije que tenía orden de la preceptora de no dejarla ingresar. Allí comenzó a pegarme, me dio la cabeza contra la pared, me agarró del cuello y me siguió pegando», relató la víctima.

El Tribuno informó que luego de la agresión la joven fue llevada a su hogar por docentes de la escuela. Allí se encontraron con Carla Delgado, quien se asustó al ver el rostro de su hija. «Vino una preceptora y el profesor Guevara Chacón. Cuando vi a mi hija cómo estaba me asusté y le pregunté qué le había pasado. Me dijeron que me quede tranquila, que no era nada. Que mi hija no vaya a la escuela por dos días. Pero como yo quería una explicación más clara de lo que había sucedido, le dije que iba a ir a hablar con los directivos. Ahí la preceptora me contestó que el director no estaba», relató.

“Mi hija fue golpeada por otra alumna por obedecer una orden que no le correspondía. Ella no puede estar cuidando que los chicos no ingresen a un aula, ese trabajo es del personal de la escuela”, insistió Delgado. Y agregó: «Nadie de la escuela vino a decirme qué sucedió, solamente me pidieron que la chica no vaya dos días. Mi hija está asustada, avergonzada porque tiene miedo que toda la escuela se burle de ella por lo que le pasó. Nosotros como padres no sabemos cómo actuar porque por un lado le enseñamos a nuestros hijos que no sean agresivos, pero por otro lado sufren estos ataques por no responder de la misma manera, y sin que nadie de la escuela OEA se haga cargo de los que sucedió ni me haya dado una explicación de la golpiza que sufrió mi hija.»