Resulta que la Embajada de Estados Unidos en La Habana está preocupada porque según sus propias palabras “Cuba retiene la mayor parte del salario de médicos y enfermeras”, hablando de las misiones médicas internacionales, “exponiéndolos a condiciones laborales atroces”. Tras lo que piden a los países anfitriones que buscan ayuda en Cuba para combatir el COVI19 Coronavirus, “deben examinar acuerdos y poner fin a abusos laborales”, esto dice cómicamente un Twitt, sin pensar ni por un instante que en su propio país no existe la licencia paga obligatoria por maternidad, por ejemplo.
Lo más llamativo es que esta preocupación nació inmediatamente después que su teoría de los “médicos-espías” se propagara por el mundo pero no diera el efecto que esperaban. Solo el macrismo, representado en este acto Laura Alonso coincidió con ellos.
Aunque su verdadero temor sea que el mundo se entere de las diferencias entre humanismo y el salvajismo capitalista genocida que la pandemia COVI19 ha dejado ver tan claramente en estos días.
Tratan de que no se note lo poco que ellos están haciendo por una población cuya suma de infectados superó las 82404 personas, transformándolos en el primer país con mayor cantidad de casos. Cuyo epicentro del brote en el país tiene lugar en Nueva York, que el día de ayer reportó más de 30.000 casos positivos y 285 muertes. Un país donde un vicegobernador instó a la población mayor a “sacrificarse y dejarse morir para salvar la economía en bien de sus nietos y no paralizar el país. Se deben sacrificarse por la economía”. Justo ellos, “los más derechos”, descubrieron los derechos laborales y se interesaron por ellos, pero con Cuba, país al que Trump le mantiene trabado un embargo en el último año, rompiendo el acercamiento diplomático y comercial que había emprendido su antecesor, Barack Obama, tras medio siglo de ausencia de relaciones diplomáticas.
A lo que en la jornada de hoy sumó cargos penales contra el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y otros altos cargos de su administración por su presunta implicación en el narcotráfico en el país. «Ha inundado Estados Unidos de cocaína», dijo y ofreció 15 millones de dólares por cualquier información que lleve al arresto del mandatario venezolano. «El anuncio de hoy busca erradicar la extensa corrupción dentro del Gobierno venezolano», subrayó el Fiscal general William Barr, haciendo de cuentas que el mundo sigue como entonces.
Por su parte, el Parlamento Latinoamericano (Parlatino), compuesto por diputados y senadores de 23 países de la región, pidió este mismo jueves levantar «de manera inmediata» los embargos y sanciones contra Cuba y Venezuela para que puedan enfrentar la pandemia mundial del COVID-19. Ya que «la solidaridad internacional y el derecho humanitario demandan la suspensión inmediata de cualquier tipo de limitación impuesta a países y comunidades y la transformación de esas limitaciones en acciones de apoyo mutuo». Terminando con el pedido de suspensión indefinida del cobro de la deuda externa de los países de Latinoamérica y el Caribe.
Durante este año, Donald Trump también intensificó la presión para tratar de ahogar económicamente al gobierno venezolano de Nicolás Maduro, a quien Washington acaba de inculpar de «narcoterrorismo». Se trata de la segunda vez en la historia de EE.UU. que se presentan cargos contra un jefe de Estado después de que, en 1989, fiscales de Miami acusaran de narcotráfico al panameño Manuel Antonio Noriega, detenido durante la invasión estadounidense, enjuiciado y encarcelado en Florida.
Al día de hoy, Venezuela supera la barrera de los 100 contagiados por coronavirus, pero sin ningún fallecido. Cuba presenta 67 casos positivos y 2 fallecidos. Mientras que EE.UU. se acaba de transformar en el primer con 82404 casos (por encima de China con 81782) y 743 muertes. Los números hablan por sí mismos. (N.J.)