Otro caso de abuso sexual intrafamiliar 

 

Las pruebas de ADN confirmaron que la menor denunciante estaba embarazada, corroborando la denuncia.

 

El caso comenzó en julio de 2023 con la denuncia de una mujer en representación de su hija de 17 años, quien había sido víctima de abuso sexual por parte del padre de la menor. La madre inicialmente desconocía la identidad del agresor, ya que su hija, tras descubrir su embarazo en noviembre de 2022, había atribuido el hecho a un abuso ocurrido en una fiesta, sin poder o querer precisar la identidad del responsable. Esta declaración inicial fue producto de la presión ejercida por el propio padre, quien le había obligado a mentir.

Sin embargo, en junio de 2023, la adolescente finalmente reveló la verdad a su madre, confesando que el verdadero agresor era su propio padre. Esta revelación desencadenó una exhaustiva investigación por parte de la fiscalía especializada en delitos sexuales.

Se realizaron entrevistas a la víctima a través de circuito cerrado de televisión para proteger su integridad emocional, se tomaron declaraciones a familiares y se ordenaron diversas medidas investigativas. Entre estas medidas, se destaca la realización de exámenes de ADN por parte del Servicio de Biología Molecular del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF).

Los resultados del análisis genético fueron concluyentes, confirmando la existencia de un vínculo biológico entre el acusado y el hijo de la víctima, lo que constituyó una prueba irrefutable de su culpabilidad. Con todas las pruebas reunidas y la confesión del acusado, el juez dictó la sentencia de 14 años de prisión efectiva, considerando la gravedad del delito, el vínculo familiar entre el agresor y la víctima, y el daño físico y psicológico causado a la menor.