La palabra «atentado» revoloteó sobre el discurso público salteño por estos días. Dos hechos trágicos ocurridos fin de semana pasado estimularon hipótesis diversas que incluyen teorías conspirativas y dudas inconsistentes.

La conspiranoia parecía haberse apoderado de los políticos por estos días. Tras el choque que protagonizó Alfredo Olmedo (y que terminó con la vida de una persona), el diputado salió a alimentar la idea de un atentado en su contra. ¿El supuesto motivo? su mensaje contra las drogas y el enojo de los narcotraficantes. En la misma dirección, aunque más sutil, parecía estar el mensaje de Gustavo Sáenz luego de la explosión de una parte del CCM. Finalmente, el jefe comunal bajó el tono de la polémica y aclaró los tantos.
En su programa radial, el intendente tuvo que aclarar que nunca habló de un atentado:  “yo dije que me pareciera raro y extraño lo que había sucedido, y no descartaba ninguna situación” y volvió a puntualizar sobre la investigación y la forma en que se dieron a conocer sus resultados: «fue algo lamentable y extraño como se dieron las explicaciones».
El día lunes, el intendente capitalino publicó en redes sociales un comunicado en el que solicita llegar a la verdad, levantando cierto manto de sospechas sobre las primeras versiones del siniestro. «Pido a la Justicia que se investigue hasta las últimas consecuencias , y se conozca la VERDAD!!!» demandó Sáenz.

Por su parte, el diputado nacional (ahora imputado por homicidio culposo) fue más allá en sus posturas. No sólo se declaró víctima de la situación desatada el lunes por la madrugada; sino que además, arremetió contra las personas involucradas en el accidente automovilístico, dando a conocer supuestos antecedentes penales de la persona fallecida.