Este jueves la agrupación orquestal retoma sus conciertos regulares.

El jueves 22 a las 20:30 hs., la Sinfónica de Salta ofrecerá un concierto bajo la dirección del Maestro Jorge Lhez como director invitado.

Se interpretará Sospiri, Op. 70 (*) Introducción y Allegro para cuerdas, Op. 47 (*) de Edward Elgar y Serenata para cuerdas en mi bemol mayor, Op. 6 de Josef Suk.

El encuentro tendra lugar en el Teatro Provincial, Zuvirìa 70. Entradas generales de $150 a la venta en www.saltaticket.gob.ar. IMPORTANTE: Estudiantes y jubilados ingresan de manera gratuita presentando tarjeta estudiantil saeta, libreta universitaria y en el caso de jubilados recibo de sueldo.

Sobre Jorge Lhez, Director invitado 

Jorge Walter Lhez Nació en Córdoba donde se graduó como Profesor Superior de Piano con las Prof. Pomponio y Malano. En Bs. As. estudió con los M°. Antognazzi (piano) y Hualpa (composición), Dirección Orquestal con los Mtros. Giraudo, Calderón y  D’Astoli, en EEUU con los Mtros. Mº J. Schindler, H. Farberman y D. Portnoy, en Brasil con el Mº E. de Carvalho. Egresó como Director Musical de Opera del ISA, Teatro Colón. Obruvo dos Premios a la Excelencia, IADE. Fue Director Titular de la Orquesta Municipal de Cámara de Río IV, Sinfónica de Corrientes, Camerata de la Fundación Pro Arte Córdoba, y Orquesta Estable de la Pcia. de Tucumán. En 2019 fue Director Asociado de la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, Chile. Fue jurado del Concurso Internacional de Piano Arcángelo Speranza  (Italia 2009). Fue invitado a dirigir en IV Festival Internacional de Música en Pelotas, Brasil (2014) con solistas como Christoph Hartmann (Oboe de la Filarmónica de Berlín). Fue Director  Titular Interino de la OSS (2011-2012), cargo que ganó por Concurso Internacional (2013-2015-2017), temporadas en las que realizó conciertos sinfónicos, zarzuela, ópera, ballet, conciertos didácticos, sinfónico-corales (también en barrios y el interior). Su amplio repertorio y ductilidad lo llevan desde el Barroco hasta la música contemporánea. Lhez es uno de los directores más comprometidos con la difusión de la música sinfónica argentina y latinoamericana. Fue Director Artístico del Instituto de Música y Danza de la Pcia. de Salta, (2018-2020). Dirigió el estreno de la ópera L´Arlesiana, de Francesco Cilea (2017) en el Teatro Avenida, Bs. As., evento destacado por la Asociación de Críticos Musicales de Argentina. Como Director Artístico lanzó, con la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de Salta, el Festival Música por el Camino de la Fe (2017, 2018, 2019) cuya excelencia en la programación y en el nivel internacional de sus artistas lo ha posicionado como referente. Dirige el Coro y la Camerata de la Universidad Católica de Salta, y de la Escuela Universitaria de Música de dicha institución.

Es invitado a dirigir las principales orquestas de Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Italia y USA. En Argentina ha dirigido las principales orquestas del interior del país, la Sinfónica Nacional, la Orquesta Filarmónica en la Usina del Arte, y la Académica del ISA, Teatro Colón, con solistas de nivel internacional.

Sobre las obras y los compositores

Josef Suk (1874-1935) compositor y violinista checo, formado en el Conservatorio de Praga. Niño prodigio destacado como el alumno favorito de Dvorák, quien fue su suegro, ya que se casó Otilie, una de sus hijas. Suk se sintió cómodo en la música de conjunto instrumental, donde la escritura de las cuerdas brilla con cálida seguridad. A pesar de que la relación de Dvorák/Suk era excelente, se fue apartando de la influencia musical de su maestro para evolucionar hacia un lenguaje musical relativamente moderno. Serenata para cuerdas en mi bemol mayor, Op. 6. A pesar de que Suk no compartía el interés de Dvorákpor la raíz folclórica, hay insinuaciones de baile en el segundo movimiento, que resulta parecido a los dumkas (lamentos eslavos), de agitación apasionada y ternura desgarradora, que al final alcanza un encanto despreocupado.

Edward William Elgar (1857-1934) Organista y compositor inglés, cuyas obras forman parte del repertorio clásico internacional. De su madre heredó el exigente gusto literario y el amor por el campo. Su infancia impregnó toda su obra y le dio una auténtica identidad inglesa. A los diez años compuso la música para una obra de teatro escrita e interpretada por sus hermanos. Elgar se sentía un extraño musical y social ya que los sectores académicos lo rechazaban por su condición de compositor autodidacta, con influencias de la Europa continental, mientras que su catolicismoera visto con recelo en la Gran Bretaña protestante, y su origen humilde provocaba la animadversión en la clasista sociedad británica victoriana y eduardiana, incluso después de lograr el reconocimiento general. Elgar presentó un estilo intuitivo, inspirado en la cultura y el paisaje de su país. No utilizó el folklore, ni se inspiró en el Renacimiento para consolidar un estilo nacionalista y personal que se asemeja al de la grandeza británica dominante en el mundo. Se casó con la hija de un alto oficial del ejército británico que lo impulsó a lograr el nivel musical y social. Fue el primer compositor que valoró el uso del gramófono. La introducción del micrófono (1925) aumentó la fidelidad del sonido y Elgar realizó nuevas grabaciones de sus principales obras. Fue nombrado Caballero Gran Cruz de la Real Orden Victoriana y Medalla de Oro de la Royal Philharmonic Society.Sospiri, op. 70, es un adagio para orquesta de cuerdas, arpa (o piano) y órgano (o armonio), un bellísimo ejemplo del mundo interior de Elgar dedicado a su gran amigo, el violinista W. H. “Billy” Reed, antes de la Primera Guerra Mundial. Por la intensidad de la obra eligió llamarla con una palabra italiana. Introducción y Allegro para cuerdas, Op. 47 (1905). Poema sinfónico, para orquesta de cuerdas, con múltiples temas destacados que muestran el virtuosismo de los intérpretes. A pesar de la tibieza de la crítica, llegó a ser reconocida por su maestría. Su estreno estuvo a cargo de la recientemente formada Orquesta Sinfónica de Londres. La obra está dedicada a Samuel Sanford, por su intervención para que la Universidad de Yale le otorgara el Doctorado Honorario de la Música.