Lo dijo ayer el gobernador jujeño Gerardo Morales. Lo hizo tras notar que en el macrismo empiezan a preocuparse por el caso luego de que la ONU pidiera liberar a Milagro Sala.
Las opiniones están divididas en el gobierno nacional sobre la situación de Milagro Sala tras la declaración de la ONU. La canciller Susana Malcorra tuvo otra reunión ayer en Casa Rosada para evaluar qué postura tomar porque le volvieron a llamar la atención sobre el tema en la Cedaw, otro organismo de la ONU. En público, Malcorra dijo que lo estaba analizando “el área de legales”, mientras que Morales tuvo otro exabrupto: “No voy a liberar a esa mujer”, bramó.
Según relató el diario Página 12 en su edición de hoy, en febrero, poco después de que Sala fuera detenida en penal de Alto Comedero, en el Gobierno evaluaban que la prisión de Sala no tenía costos políticos. La evaluación, al menos en algunos de los funcionarios, está cambiando a partir del pronunciamiento del Grupo de Trabajo de la ONU que le indicó al Estado nacional que debe tomar las medidas para que cese de forma inmediata la prisión de Sala, a la que calificaron de arbitraria.
Ayer, para colmo, tuvieron un segundo llamado de atención en otro organismo de la ONU, la Cedaw, donde debió exponer la presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres, Fabiana Túñez. Según informó el CELS en un comunicado, una de las integrantes de la Cedaw le preguntó a la representante del gobierno argentino en ese ámbito internacional por la situación de Milagro Sala y cómo se va a efectivizar su liberación. Túñez contestó que “se cursó la información al Superior Tribunal de Jujuy”. No obstante, el CELS advirtió que “brindó información incorrecta cuando respondió que la decisión del Grupo de Trabajo había sido motivada por la causa de la protesta. El Grupo de Trabajo tuvo en cuenta todas las causas judiciales en base a información aportada por las organizaciones denunciantes y por el mismo Estado”, precisó el diario nacional.
En los últimos días, los funcionarios macristas hicieron todos los intentos por minimizar la solicitud de la ONU, a la que calificaron de “no vinculante”. No obstante, la presión internacional reiterada, generó movimientos internos en el oficialismo, dado que desdibuja algunos de los planteos que hace Macri, por ejemplo, sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela. Ayer hubo una serie de reuniones previas a definir un rumbo a seguir.