Agentes sanitarios, graduados en el Instituto Ramón Carrillo, acusan a Eduardo Abel Ramos por estafa y denuncian que sus títulos no están reconocidos por los ministerios de Educación y de Salud. (Gonzalo Teruel)

El inefable Eduardo Abel Ramos, sindicalista y diputado pero sobre todo empresario, enfrenta un nuevo escándalo por sus oscuros manejos en la salud pública provincial. Esta vez son los agentes sanitarios los que lo denuncian, nada más y nada menos, de estafa con las capacitaciones brindadas por el Instituto Superior de Formación y Capacitación Doctor Ramón Carrillo. Según acusan, alrededor de 200 agentes sanitarios de todas las áreas operativas de la provincia cursaron y se graduaron en la Tecnicatura Superior en Atención Primaria pero su título no tiene validez alguna.

“Hace unos años en medio de los reclamos por mejoras salariales surgió la posibilidad de capacitarnos y obtener un título para así mejorar nuestros sueldos” contaron a Cuarto Poder y detallaron que con anuencia de las autoridades del Ministerio de Salud Pública comenzaron el cursado de la carrera en el Instituto Ramón Carrillo.

“Estudiamos 3 años y aprendimos mucho porque el cuerpo docente es realmente bueno pero cuando nos graduamos nos dimos con que todo el esfuerzo fue en vano” añadieron y recordaron que en el mes de marzo el entonces ministro de Salud, Oscar Villa Nougues, participó de la entrega de los títulos. “Inmediatamente nos dirigimos al ministerio para acreditar nuestra condición de graduados y empezar los trámites de reconocimiento del título pero nos dimos con la peor noticia: la carrera no está homologada por ninguna autoridad competente”.

En efecto, en el Ministerio de Salud les informaron que la carrera (Tecnicatura Superior en Atención Primaria) no está registrada y los derivaron al Ministerio de Educación, organismo responsable de la validación de las tareas de capacitación y formación.  Allí les dijeron que ni siquiera existe un pedido de análisis para la carrera y que del Instituto Ramón Carrillo sólo están reconocidos los estudios en Enfermería y Radiología. Esta semana la cartera que encabeza Analía Berruezo confirmó la inexistencia de un trámite de autorización para el curso de Atención Primaria.

“Nos estafaron. Nos hicieron estudiar una carrera que no existe” acusaron los damnificados y denunciaron que “no sólo no nos mejoran el sueldo porque no nos reconocen el título sino que encima nos hicieron pagar los estudios de nuestro bolsillo”. Según calcularon, la suma de las cuotas mensuales supera los $20 mil pagados por cada agente sanitario a lo largo de 3 años sin contar la cuota sindical mensual del orden de los $800.

Una larga historia

Los agentes sanitarios perjudicados por Eduardo Abel Ramos recordaron que la exigencia de capacitación y formación, a cambio de mejores condiciones laborales y salariales, comenzó hace muchos años incluso antes de la llegada de Juan Manuel Urtubey a la gobernación de la provincia. “En 2007 durante el gobierno de Juan Carlos Romero nos exigieron una primera capacitación” explicaron y mencionaron un “curso de nivelación para todos los trabajadores de la sanidad que no tenían título secundario” que por supuesto dictó el Instituto Ramón Carrillo.

Después la exigencia de capacitación se materializó en una Resolución del Ministerio de Salud Pública, la 0125 del 21 de enero de 2013, que empujó a los agentes sanitarios a concurrir de nuevo al Instituto Ramón Carrillo vinculado a ATSA, el gremio que encabeza Ramos desde hace 30 años.

“Que por el citado instrumento se aprueba la Tecnicatura Superior en Atención Primaria de la Salud, destinada al personal que cumple funciones de Agente Sanitario en este Ministerio, que posea una antigüedad mínima de cinco (5) años en el ejercicio de la función” dice el texto legal firmado por el entonces ministro Enrique Heredia en sus considerandos y aprueba una anterior Disposición Interna, la 04 del 8 de marzo de 2012.

Esa Disposición de la Dirección de Recursos Humanos también convalida la formación de los trabajadores de la salud. “Aprobar la Tecnicatura Superior en Atención Primaria de la Salud, destinada al personal que cumple funciones de Agente Sanitario en este Ministerio, que posea una antigüedad mínima de cinco (5) años en el ejercicio de la función” anticipa y aclara que “la institución responsable es el Instituto N° 8.165 Dr. Ramón Carrillo”.

Ese instrumento legal establece el cronograma de actividades y el plan de estudios y menciona el cuerpo docente entre los que se destacan Heredia, Alberto Gentile y Griselda Rangeón. Además sentencia que “la actividad será con cupo, con arancel y con evaluación final”.

Pero este año con la carrera terminada y un título no oficializado, los agentes sanitarios recibieron otra curiosa propuesta: continuar con los estudios y alcanzar la Licenciatura de Técnicos Profesionales de la Salud que desde hace unos meses dicta el Instituto Carrillo a través de un convenio con la Universidad Maimónides de Buenos Aires.

“Muchos empezamos a cursarla pero después de un par de meses (agosto y septiembre) y de pagar $3 mil nos informaron que no podíamos seguir” contaron y explicaron lo obvio: no podían acceder a un título de Licenciatura por la sencilla razón de no tener el título de Tecnicatura.

El reclamo

“Queremos que reconozcan el título y nuestro esfuerzo por capacitarnos” explicaron a Cuarto Poder los graduados del Instituto Carrillo y lamentaron que “después de la entrega de diplomas no volvimos a ver al ministro Villa Nougues”.

Según anticiparon intentarán en los próximo días llegar al nuevo ministro Roque Mascarello y a su segundo, Francisco “Paco” Marinaro Rodó, para obtener una respuesta a su incómoda situación. Además, anticiparon que van a movilizarse y a protestar el próximo miércoles en la sede de la institución educativa.

“Los agentes sanitarios somos los que apagamos los incendios del sistema de salud, somos los que ponemos el cuerpo en las epidemias como las del dengue y exigimos respeto” aseguraron y avisaron que “se acabó la paciencia” con Ramos y también con los funcionarios de gobierno que le permiten estos manejos irregulares de los trabajadores de la sanidad.

Educación privada

Hace ya largos años que Eduardo Abel Ramos incursionó en el ámbito de la educación. Primero formó el Colegio Madre Teresa de Calcuta y después el área de formación superior a través del Instituto Ramón Carrillo.

“El colegio es uno de los mejores negocios. Tiene primaria y secundaria, un terciario y, además, dicta capacitaciones y especializaciones en Ciencias de la Salud durante los fines de semana” describió Cuarto Poder hace más de 2 años cuando dio cuenta del perfil del oscuro sindicalista y diputado pero sobre todo empresario.

“El número de alumnos ronda los 2 mil entre todos los niveles y proyecta un negocio extraordinario: cobra una cuota mensual de casi $500 y percibe generosos aportes estatales. La provincia aporta casi $1 millón al año. En octubre de 2011 el Decreto 4.255 estableció un ‘aporte estatal mensual fijo, incluyendo SAC, por la suma de $71.500’ y aunque es imposible acceder a información actualizada, nada hace suponer que ese beneficio haya sido discontinuado” amplió.

Y, finalmente, advirtió que “El dictado de las capacitaciones de fin de semana es otra fuente de importantes ingresos y revela la influencia del titular de ATSA en el sistema sanitario provincial: los trabajadores auxiliares de la salud necesitan instruirse para poder avanzar en la carrera laboral y así mejorar sus salarios. Como los cursos docentes que otorgan puntajes para los concursos del ministerio de Educación, estas capacitaciones dictadas por Ramos suponen la posibilidad de crecimiento en el escalafón de la salud”.