Hoy se cumplen 25 años del asesinato de María Soledad Morales. El caso conmovió al país durante buena parte de la década del noventa. El diario Perfil realizó un repaso de la actualidad de los protagonistas de aquella historia.
Hoy se cumplen 25 años del brutal asesinato de María Soledad Morales. El crimen que revolucionó el país destapó una trama de intereses políticos vinculados a clanes familiares en una provincia semifeudal como Catamarca. Los dos imputados por el homicidio, Guillermo Luque (49) y Luis Tula (51)-ex novio de la joven-, recuperaron la libertad hace nueve y cinco años respectivamente, tras cumplir dos tercios de su condena.
El diario Perfil realizó un repaso de la actualidad de los protagonistas de ese aberrante hecho. Así informó que el hijo del ex diputado Ángel Arturo Luque fue arrestado por ser considerado autor material del crimen. A pesar de que su padre trató de usar todas sus influencias en el gobierno catamarqueño para que Guillermo saliera impune del homicidio, el 28 de febrero de 1998 fue condenado a 21 años de prisión.
El 12 de abril de 2010 la jueza catamarqueña Alicia Cabanillas le otorgó la libertad condicional tras 14 años entre rejas por su «impecable» comportamiento como presidiario. Tras ser liberado, Luque sostuvo que no participó en el crimen y que fue “un preso inocente”. Se mudó con su padre en su residencia «Puerta de Hierro» (nombre inspirado en la residencia de Perón durante su exilio en España) de Valle Viejo, a unos diez kilómetros al este de la capital de Catamarca, hasta un año más tarde cuando el ex diputado falleció.
Luque actualmente se dedica a negocios inmobiliarios que gestiona a través de su página de Facebook, puesto que nunca terminó sus estudios de derecho en Buenos Aires ni tampoco siguió los pasos de su padre en el mundo de la política. Se separó de su mujer Florencia Alustiza.
Tula, condenado a 9 años de prisión por ser partícipe secundario del asesinato, aprovechó los 6 años que estuvo en el penal Julio Herrera en Catamarca para arrancar sus estudios en derecho. Salió en libertad en el año 2006 y en noviembre de 2009 juró como abogado en el foro local tras graduarse en la Universidad de La Rioja.
Separado de su pareja de entonces, Ruth Salazar, actualmente vive en Catamarca. Ejerce como abogado especializado en Derecho Penal con la matrícula 1.941. En uno de sus últimos casos tuvo que asesorar a un docente acusado de haber manoseado a un adolescente en cercanías a la Terminal de Ómnibus, según informó el sitio catamarqués El Ancasti. Trata de evitar el contacto con la prensa y mantiene una vida de bajísimo perfil.
Pero Luque y Tula no fueron los únicos en la mira de la justicia por el crimen. La Cámara en lo Penal de Segunda Nominación ordenó detener a Eduardo «El Loco» Méndez y a Hugo «Hueso» Ibáñez, amigos de Luque, por ser considerados coautores de la violación seguida de muerte, agravada por el uso de estupefacientes, al haber participado de la reunión en la que la joven perdió la vida. Ambos fueron encarcelados y procesados, aunque finalmente fueron sobreseídos por falta de pruebas.
Varios testigos afirmaron en aquel entonces que vieron a Méndez en el boliche Clivus la noche en la que María Soledad fue vista con vida por última vez, motivo por el cual el hombre fue investigado. No obstante, en agosto de 1999 el juez José Antonio Carma sobreseyó a «El Loco» de forma definitiva luego de la declaración de Jesús Muro, el barman del local, quien se retractó de sus dichos que lo señalaban como uno de los participantes de las “orgías” que se realizaron en el lugar.
Dedicado al sector del comercio, Méndez falleció el 26 de mayo de 2012 a los 47 años luego de haberse sometido a una operación para colocarse un cinturón gástrico en el Sanatorio Privado de Catamarca. Su familia denunció al centro médico por mala praxis.
Por su parte, Ibáñez estuvo prófugo de la Justicia durante un mes en 1998 tras conocerse el fallo en contra de Luque y Tula, aunque fue detenido treinta días después en la casa familiar. Durante el proceso judifical fue señalado en reiteradas ocasiones como un supuesto tratante de blancas, que proveía de mujeres jóvenes a hombres relacionados con el poder. Al igual que Méndez, en agosto de 1999 fue sobreseído.
El 23 de septiembre de 2013, Ibáñez murió debido a las secuelas que le dejó un derrame cerebral que sufrió previamente, que le había causado además una parálisis parcial de su cuerpo.