Aunque tanto la prensa local como nacional señaló que Urtubey cuestionó o tomó distancia de la administración de Mauricio Macri, lo cierto es que en su décimo primer informe a la Asamblea Legislativa lejos estuvo de formular una crítica.
En rigor, el mandatario reivindicó su buena sintonía con Macri. «Sería una injusticia decir que no somos escuchados por el Gobierno nacional”, dijo.
«Hemos colaborado en todo lo que estuvo a nuestro alcance para sacar la Argentina adelante y lo vamos a seguir haciendo», agregó.
Y luego completó: “Sería una mentira decir que recibimos todas las respuestas que necesitamos». Eso bastó para que la prensa intente armar una polémica; pero si miramos atentamente tenemos una formulación ambigua, tal como nos tiene acostumbrados el gobernador: por un lado, una especie de “critica” y por el otro una reivindicación al “dialogo”. En efecto, no existió tal crítica.
Lo que si cuestionó fue el permanente enfrentamiento del macrismo con el kirchnerismo. «La palabra grieta es una tragedia que no debe ser naturalizada. No se trata de auspiciar y alimentar el uno contra otro. Se trata de avanzar el uno con el otro», afirmó Urtubey.