El cuerpo de Gerónimo Sumbay, hallado el miércoles a quince kilómetros de La Caldera, estaba en una posición que arroja indicios de homicidio. Lo aseguraron sus familiares, que sospechan del hombre que lo encontró. Estaba desaparecido desde fines de marzo.
Gerónimo Sumbay, el baqueano de 48 años desaparecido el 26 de marzo, fue hallado sin vida el miércoles pasado en una quebrada a quince kilómetros de La Caldera y las dudas siguen sin despejarse en torno a las causas de la muerte.
Según informó el diario El Tribuno este viernes, los familiares del fallecido creen que la posición en la que se encontraba el cuerpo arroja indicios de una muerte que podría haber sido causada por un crimen. Además, sospechan del hombre que lo encontró.
«Para nosotros, que tanto lo buscamos, nos parece más que llamativo que el cuerpo de mi hermano Gerónimo Sumbay fuera encontrado por quien lo había llevado hasta ese paraje para pagarle una vieja deuda laboral», dijo Adela Sumbay, hermana del hombre, quien le había relatado horas antes de irse al puesto de Luis Corimayo que su expatrón lo iba a llevar hasta allí para pagarle una deuda pendiente del año anterior que no podía cancelar en efectivo sino con un animal vacuno que se hallaba en dicho paraje.
«Mi hermano salió esperanzado, porque a él le gustaba mucho la cría de animales. Fue puestero en todos los lugares de La Caldera, peón rural y baquiano. Quiero decir que conocía la zona y los caminos como nadie, por eso nos sorprendió su desaparición», explicó la mujer al matutino.
“El cuerpo se hallaba en el fondo de una quebrada, recostado boca arriba, con una pierna sobre la otra, con los pantalones a media asta o bajados y los brazos juntos a la cadera, le faltaban las manos o partes de ellas», describió la mujer. «Al cuerpo lo arrastraron o se arrastró en vida, aunque la posición en que quedó el cadáver les hizo suponer que no es normal para una persona herida yacer prolijamente como dormido o en un ataúd», dijo.