En el Hospital de Tartagal no hay privilegios para los niños ni pacientes adultos. Menos aún para los trabajadores de la salud. Así lo revelan 2 informes de la Auditoría General de la Provincia publicados los días 6 y 7 de enero. (Gonzalo Teruel)

El primer documento del organismo de control, correspondiente al año 2013, reúne casi 30 observaciones sobre el funcionamiento del nosocomio y realiza una decena de recomendaciones a la ejecución presupuestaria de recursos y gastos. “El Hospital no posee Carta de Servicios (…) No posee Manual de Misiones y Funciones que describa el funcionamiento de los distintos puestos de trabajo, departamentos y servicios, y asigne tareas y responsabilidades (…) Tampoco posee un Manual de Procedimientos Administrativos donde se detallen las distintas actuaciones y circuitos operativos” advierte el informe y para graficar el desmanejo en el principal centro médico del Departamento San Martín añade que “El Organigrama del Hospital y el Cuadro de Cargos se encuentran desactualizados, debido a que los mismos fueron aprobados por Decreto 1.034/96, sin instrumentar las modificaciones correspondientes atendiendo a los cambios experimentados por el Hospital durante 18 años”.

Todo ese desorden administrativo tiene obvias implicancias en la atención al público como lo demuestra la Auditoría al mencionar una increíble situación con el oxígeno medicinal. “En la Ejecución Presupuestaria del Hospital de Tartagal se imputaron pagos por suministros del insumo efectuados en el Hospital de Orán” revela y puntualiza que, además, “el contrato de provisión de oxígeno medicinal venció (y) Hasta la emisión del presente informe, el Ministerio no regularizó la situación contractual”.

La provisión del vital insumo se consigue mediante contratos de emergencia violatorios de las leyes de Contrataciones y de Contabilidad de la provincia. Otro contrato irregular, sin licitación, es el de la seguridad del nosocomio rubricado con la compañía Falcón SRL Security and Services. “El valor mensual ejecutado de $96 mil durante el periodo 2013, correspondiente al pago por Servicios de Vigilancia, es superior a lo estipulado por el Contrato firmado entre las partes de $93 mil” asegura el informe de la oficina provincial de contralor que también denuncia las irregularidades que sufren los trabajadores de la salud. “Durante el período auditado, se efectuaron pagos a 13 enfermeros profesionales, los cuales prestaron servicios desde el año 2011 (pero) La erogación por la locación de estos servicios, que asciende a la suma de $483 mil, se imputa al Ministerio de Salud Pública y no al Hospital” detalla la Auditoría que también denuncia “la prestación de servicios profesionales médicos, en situaciones no previstas en el Estatuto de la Carrera Sanitaria”.

“Se comprobó la existencia de profesionales que integran la Planta Permanente y Transitoria del Hospital, que son contratados en calidad de monotributistas a fin de realizar horas guardias activas y pasivas autorizadas por la Gerencia General, percibiendo de manera mensual, sumas de dinero por este concepto, que en el ejercicio 2013 ascendió a $535.309” acusa el informe. Y agrega numerosas irregularidades más: adquisición de bienes y contrataciones de servicios que no se efectuaron de acuerdo al Sistema de Contrataciones de la Provincia, inexistencia del Programa de Contrataciones del Hospital que manda la ley, ausencia de legajos de las contrataciones, y contratos con proveedores que no están inscriptos en el Registro General de Contratistas de la Provincia ni ante la AFIP y la DGR.

En el Hospital Perón se libraron cheques durante 2013 por $3.685.863 que no poseen Orden de Pago asociada y, peor aún, se constataron Órdenes de Pago para abonar gastos por $1.947.778,32 en efectivo, sin la emisión del respectivo cheque, en contra de la Ley de Prevención de la Evasión Fiscal. Según acusa el documento de Auditoría, tampoco hay información veraz sobre el destino de los ingresos “obtenidos por Arancelamiento”.

¿Los niños primero?

Otro informe de la Auditoría de la Provincia, también sobre el Hospital Perón y el año 2013 y con casi 30 observaciones y más de 15 recomendaciones técnicas y administrativas, desnuda las falencias en el Sistema de Pediatría. “Tuvo 13 profesionales, de los cuales 10 pertenecían a planta permanente y el resto a planta transitoria. Los enfermeros destinados con exclusividad a este programa eran 18, 10 de planta permanente y 8 contratados” detalla el documento que advierte además que “los pediatras que realizan guardias activas superan el tope máximo (de 120 horas) y realizan en promedio 144 horas”.

El colapso del servicio de pediatría se explica por la enorme demanda en la zona norte de la provincia. El Área Operativa XII, Tartagal, tiene por base al Hospital Juan Domingo Perón y está integrada por 5 Centros de Salud, 10 Puestos Sanitarios, y 1 Puesto Fijo que debe ser cubierta por 8 personas que dependen de la Gerencia de Atención a las Personas (1 jefe de programa y 7 profesionales asistentes) aunque con contratos precarios suman un total de 13 médicos, 18 enfermeros y 8 mucamas.

Según revela el informe, en 3 consultorios para consultas externas, 1 consultorio de guardia, 12 habitaciones dotadas con 24 camas, y 6 unidades de terapia intensiva deben atenderse todos los niños (sanos y enfermos de acuerdo a las leyes nacionales y provinciales) y sus padres de la ciudad de Tartagal y su zona de influencia. El servicio pediátrico cubre a todos los niños en neonatología hasta los 28 días de vida, lactantes hasta los 2 años, preescolares de 2 a 5 años, escolares de 5 a 10 años, preadolescentes de 10 a 12 años, y adolescentes de 12 a 18 años. Demasiado para menos de 40 trabajadores de la sanidad.

“El Servicio de Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica no prestó servicio durante el periodo auditado por no haber médico especialista” confirma la Auditoría y como muestras de la precariedad sanitaria en el norte de la provincia agrega que “no pudieron realizarse cirugías programadas por falta de profesionales anestesistas”.

Decenas de estadísticas completan el lapidario informe de control. Entre ellas, se destacan el bajísimo porcentaje de consultas por habitante realizadas en el Hospital Perón (1,59 en 2012 y 1,60 en 2013) cuando “el Plan Quinquenal 2011-2016 propone lograr en el quinquenio 4 consultas médicas por habitante”.

Mucho más grave aún, la Auditoría desnuda una inaceptable incongruencia en la información relativa a la mortalidad infantil: el Hospital Juan Domingo Perón reconoce que aumentó un 1,03‰ entre los años 2012 y 2013 pasando de 10,57‰ a 11,60‰ pero el Ministerio de Salud Pública, a través del Programa de Estadística, la ubica muy por encima en el 18,14‰.

“Una de las propuestas del Plan Quinquenal es alcanzar la media nacional y acompañar su descenso. A su vez, como meta provincial para el fin del quinquenio, se propone descender a un dígito la Mortalidad Infantil” explica el documento. Con uno u otro dato, del Hospital de Tartagal o del Ministerio de Salud, el objetivo está lejísimos.