Hay varios convenios firmados para la integración turística de Salta y Tarija. Pero ¿qué se promociona de los salteños? La oferta del turismo relacionado a la salud está en alza, y no tanto el religioso. Ahora que la única ruta aérea directa dejó de funcionar, cuánto cuesta ir y volver por tierra y cuáles son las opciones legales y no tanto. (M.M)

Al menos hace cinco años que la hermandad turística Salta-Tarija se viene promocionando con la firma de convenios y varias reuniones bilaterales para explotar este corredor entre ambos países, no sin que en todo este tiempo se hayan cuestionado los beneficios de tal actividad para ambas ciudades, al menos desde el lado boliviano.
A fines de junio pasado se reunieron en la capital chapaca alrededor de una veintena de operadores turísticos (por no decir empresarios) además de autoridades salteñas y tarijeñas para realizar un intercambio relacionado a la oferta que tiene Tarija para los viajantes y su relación con el norte argentino. En noviembre una reunión similar tuvo lugar con la presencia del ministro de turismo salteño, Mariano Ovejero, que en aquella oportunidad resaltaba los esfuerzos del gobierno de Salta para lograr la conectividad aérea mediante la línea Amaszonas, la misma que a partir de este mes -y con menos de un año de funcionamiento- ha dejado conectar ambas ciudades sin escalas. Ese logro era, según palabras del ministro, “fruto de una visión compartida de integración regional entre el Gobierno que encabeza el doctor Urtubey y el Gobierno de Tarija”. La visión al parecer, resultó medio miope, porque la línea aérea mudó sus rumbos dado que la ruta Salta – Tarija les resultaba poco rentable.

Esta no es la primera de estas actividades que se realiza en los últimos años, al punto que no cuesta demasiado rastrear las noticias de años anteriores y encontrar, por ejemplo, la creación de la Casa de Salta en Tarija y viceversa, en julio de 2014; aunque en febrero pasado se comprobó que el funcionamiento de la Casa de Tarija en Salta era casi nulo, por no decir inexistente, luego de una investigación realizada, según publicaba la web tarijeña de elPeriodico en una nota titulada de manera muy sugerente: “Los misteriosos secretos de la alianza turística Tarija – Salta”. Mucha plata gastada para tan poco resultado.

Básicamente lo que se planteaba en estos encuentros era una promoción de los lugares turísticos paradigmáticos de cada ciudad basada en los planes Destino Salta y Destino Tarija, además del turismo religioso y también medicinal, algo de lo que no se habla demasiado en nuestra ciudad, pero que se realiza bastante en Tarija, donde se promocionan los servicios de clínicas privadas para todo tipo de tratamientos, como obesidad, oncológicos, estéticos, pediátricos, etc. Una larga lista de opciones que los tarijeños tienen como parte de un turismo que crece más rápido que el generado por los santos.

Intentamos conversar con la responsable de Turismo en la ciudad de Tarija, pero no tuvimos suerte. La primera mañana que estuvimos en las oficinas de la secretaría de turismo la Lic. Rita Miranda se encontraba fuera, la fuimos a buscar hasta la presentación del festival “Canto y la Aloja” que se realiza por estos días, ahí el ruido de la música autóctona y las empanadas de cortesía impidieron una comunicación fluida, pero la funcionaria se comprometió a recibirnos al día siguiente en su oficina por la tarde, cuando todo estuviese más calmo, a la hora de la siesta.

La oficina de turismo de la municipalidad de Tarija está al frente de la plaza principal, en el nuevo edificio del concejo municipal, en el mismo lugar donde funciona la atención al público están emplazados cuatro escritorios y rodeados de papeles, un televisor plasma gigante que muestra imágenes de lugares tarijeños. En la entrada, donde esperamos, estaban dispuestos sobre una mesa varios folletos promocionando lugares y paseos en la ciudad de Salta: uno de la Cámara Hotelera con una larga lista de hospedajes y lugares para comer, tanto en Capital como en el interior; varios de Turismo de la Provincia, detallando lugares específicos y ya tradicionales para el turista que recorre Salta y hasta un flyer en el que se especificaba la receta ancestral de la empanada, paso a paso, o mejor dicho, repulgue a repulgue; otros tantos de la secretaría de turismo de la municipalidad haciendo lo propio con recorridos exclusivamente por el casco céntrico capitalino que se publicitaban como realizables en 24 horas; además de algunos hoteles, dos de Capital y uno de Güemes. En cambio, poco y nada de los recorridos que pueden realizarse por Tarija: la ruta del vino y pare de contar. Luego entenderemos el porqué de esto.

En las oficinas de turismo de Tarija esperamos, esperamos y esperamos. Leímos todos los folletos de Salta y continuamos esperando. Al final no nos atendieron porque la responsable del área estaba algo ocupada o simplemente no tenía nada para decirnos, al igual que los empleados consultados en la oficina, que ante cualquier pregunta lo único que respondían era un suave “mejor hable con la licenciada Miranda”. Entonces, comprometidos con el periodismo, salimos a buscar la verdad en la calle. Porque si el gobierno no nos da respuestas, entonces el pueblo lo hará.

Qué hay para ver

Alrededor de la plaza principal tarijeña hay varias agencias de turismo, pero todas tienen una misma respuesta a nuestra pregunta por cuáles son los atractivos turísticos que se promocionan tanto de Salta como de Tarija. Los primeros son básicamente los mismos que mencionamos arriba y los segundos se limitan a tres rutas: la del vino, la del vino y singani y la de la Campiña chapaca. Tres recorridos bastante etílicos pero que son promocionados como estandartes turísticos por el gobierno tarijeño. Las tres rutas tienen un costo que ronda los 130 bolivianos, que con el cambio actual equivalente a 1 peso boliviano = 0.45 pesos argentinos, da como resultado cerca de $290 por el tour que dura medio día. También están los “combos” que incluyen dos rutas más el almuerzo y son para el día entero, por el precio de $ 510 (230 bs). Off the record, uno de los consultados nos comentó que la ruta del vino y el singani son parte de un negocio entre determinados viñedos y el gobierno tarijeño para promocionar “sólo a unos cuantos, dejando de lado a quienes no profesan amistad con el poder de turno”, que dicho sea de paso, ha cambiado de manos en las últimas elecciones, aunque esto no parece haber modificado las políticas turísticas.

La ciudad en sí tiene bastantes atractivos que también son publicitados por el gobierno pero no tanto por las agencias de viaje, como la casa de la cultura, los monumentos históricos e iglesias coloniales, paseos como el de la avenida costanera y demás lugares a los que el turista de a pie debe llegar preguntando, porque no existen guías turísticos exclusivos para recorrer el centro tarijeño.

Ida y vuelta

En noviembre del año pasado se anunciaba la ruta aérea directa entre Salta y Tarija, la iniciativa no prosperó porque menos de un año después los vuelos fueron cancelados cuando a empresa Amaszonas migró hacia otros rumbos más orientales. Pero a no desanimarse, porque la ruta aún puede realizarse, aunque con un desvío por Santa Cruz de la Sierra y por varios dólares más. El precio del vuelo directo que funcionaba hasta hace unas semanas era de 163 US$, que al cambio del dólar turista sería equivalente a 2.054 pesos argentinos, mientras que el pasaje de ida y vuelta alcanzaba los 268 dólares o $3.377. ahora el costo del pasaje, con escala cruceña, es de $3.476 (sumando los dos pasajes: Tarija-Santa Cruz y Santa Cruz-Salta), lo que no significa una diferencia ostensible en dinero, pero sí en tiempo. Los vuelos, según nos informaron en las agencias de viaje, son diarios.

Pero si es que usted no posee el dinero suficiente para realizar el viaje por aire, también puede viajar por tierra en una de las empresas que brinda el servicio directo, y que según el administrador de la terminal de buses tarijeña, Orlando Paredes, “Transportes Juárez, está habilitada y cumple todas las normativas que se exigen a un viaje internacional”, por el precio de $700, si es que se viene desde Tarija, pero para ir desde Salta habrá que abonar un 30% extra por un impuesto que se cobra a los viajes internacionales a este lado de la frontera, según nos cuenta Rodrigo, encargado de ventas de la empresa, quien además nos relata (como lo hicieran en las agencias de viajes) que la mayoría de los que vienen a Salta desde Tarija lo hacen por la atención médica promocionada en estos acuerdos bilaterales. Este bus sale dos veces a las semanas, los jueves y domingo, para retornar los viernes y lunes. En total son 3 vehículos los que operan la ruta que va por Bermejo-Aguas Blancas-Orán-Salta.

La otra opción, no tan legal, según nos relata el mismo encargado de Juárez, es la empresa que hace los viajes diarios y aun precio mucho más bajo, Dragón Rojo, que por 555 pesos realiza el mismo trayecto pero no con la misma comodidad puesto que se trata de vehículos mucho más pequeños, para 7 u 8 personas. La ilegalidad a la que hace referencia Rodrigo nos resulta extraña cuando visitamos las oficinas de la mencionada empresa y constatamos que cuentan con todas las habilitaciones municipales colgando en la pared. Y como nos realataba el administrador Perales: “Teníamos la solicitud de Dragón Rojo para ingresar a la Terminal pero eso no ha prosperado”. Y también está “Balut que hace las conexiones a todos los destinos de Argentina, pero lo hacen a partir de la frontera, desde aquí los pasajeros se van en taxi hasta Aguas Blancas, los ‘surubíes’, como le llamamos nosotros”. Ahí los precios varían de acuerdo a la suerte del viajante.

Entonces, recapitulando, las opciones para los tarijeños en cuando a turismo en Salta se dirigen hacia la salud y la religión, mientras que las de los salteños en Tarija se reducen a decir salud y rezar a otros santos. Ya sea por las malas políticas turísticas locales o porque sus funcionarios que siguen los versos del poeta chapaco Julio Barriga, para quien en Tarija no había mucho para hacer, salvo beber y ver las nubes.