Ella había intentado ingresar droga al país para pagar la quimioterapia de su hijo de 13 años.
La historia de Claudia y de su familia nos golpea porque sabemos que no es única: la cárcel federal de Güemes está atiborrada de personas desesperadas que terminan accediendo a pasar droga para salvar a sus familias de la pobreza extrema.
Sí es verdad que la historia de Claudia tiene unos ribetes particulares, que han calado hondo. Ayer su hijo finalmente murió y ella al menos pudo ir a despedirlo. Ahora continuará presa, hará su luto tras las rejas, el mismo lugar donde está criando a un nuevo hijo, que nació en cautiverio.
La historia fue difundida por Infobae. Anoche se conoció que el chico de 13 años murió; pero al menos logró estar junto a su madre cinco días.
“Su vida se apagó mientras él estaba como había soñado, de la mano de su mamá Claudia y rodeado por su abuela, sus tías y sus tres hermanas (Sheila Jazmín, de solo cuatro meses, nació en la prisión).”, señala el diario porteño.
María Estela Coleoni Suárez, del Instituto Oncológico del Oriente Boliviano, fue quien confirmó el deceso. Fernando había pedido la semana pasada abandonar el hospital y volver a su casa. Coleoni Suárez contó a Infobae que había pedido «morir en su casa», pero estaba esperando a su mamá.
Cerca de la siete de la tarde de ayer su estado se complicó. Un equipo médico del hospital Alfonso Gumucio Reyes de Montero llegó para auxiliarlo pero la vida del nene, conocido en su barrio como «El Chumita», se estaba apagando.