Un hombre murió ayer por intoxicación con monóxido de carbono tras sufrir el incendio de una habitación de su vivienda en el paraje Cuchiyaco, en Molinos. Había dejado una vela encendida en el lugar.
La Policía de la provincia informó que un hombre murió ayer domingo al mediodía por intoxicación con monóxido de carbono. Ocurrió en una finca del paraje Cuchiyaco, en Molinos.
La víctima, de 75 años, identificado como Eleuterio Chocobar no presentaba signos vitales y parte del recinto se había incendiado. Aparentemente había dejado una vela encendida la que habría provocado el foco ígneo que causó daño total del techo construido de cañas y un velador.
El médico legal diagnosticó al extinto “paro cardiorespiratorio por intoxicación con monóxido de carbono”.
Monóxido de carbono, un enemigo invisible
En épocas invernales, la intoxicación por monóxido de carbono es una trágica consecuencia de malos hábitos. Está prohibido el uso de artefactos que no sean de tiro balanceado en dormitorios y baños. No hay que dormir con estufas prendidas. Se debe verificar que no estén obstruidos los conductores o rejillas de ventilación. Es fundamental contar con un espacio por el que se renueve el aire. Hay que revisar una vez por año por un gasista matriculado todo tipo de estufas, catalíticas, pantallas infrarrojas y salidas al exterior de aparatos calefactores.
No hay que utilizar braseros o estufas a querosén. Si su uso es inevitable hay que apagarlos antes de acostarse. Nunca se deben usar hornallas y/o el horno para calefaccionarse. Es preferible abrigarse con más ropa.
Los síntomas comunes de intoxicación son dolor de cabeza, náuseas y vómitos, mareos, debilidad, cansancio y/o pérdida de conocimiento.
Ante los primeros síntomas se debe retirar a las personas que se encuentran en el lugar contaminado y abrir puertas y ventanas para mantener el ambiente ventilado.