Se publica «KUKY, textos recobrados», libro en el que Alejandro Morandini (ganador del premio de autores inéditos por “Bestias domésticas”) recopila artículos y ensayos escritos por Teresa Leonardi Herrán. Un libro fundamental, fruto de un enorme esfuerzo y de una generosidad brutal.

 

Lucas Sorrentino

 

Alejandro Morandini desempeña un papel fundamental en el panorama cultural de Salta. En 2014, lanzó «El oficio del árbol», una obra que recopila la labor periodística de Manuel J. Castilla. Y el próximo martes 12 de diciembre, en el Museo Palacio Zorrilla, ubicado en Buenos Aires 177, se llevará a cabo la presentación de «KUKY, textos recobrados». Este libro es una recopilación de artículos y ensayos escritos por Teresa Leonardi Herrán (Salta, 1938 – 2019) a lo largo de cincuenta años de dedicación literaria. La obra es el resultado de la investigación realizada para el Fondo Nacional de las Artes, Beca Creación 2021, bajo el título «Reunión de la obra crítica dispersa de Teresa Leonardi Herrán». La compilación abarca una variedad de textos creados por la autora para periódicos y revistas culturales de la ciudad de Salta y otras localidades, entre los años 1981 y 2011. El propósito de esta recopilación es ofrecer una visión integral de la labor crítica emprendida por Kuky durante los tumultuosos años que le tocó vivir. Su contribución a la cultura salteña, en particular a la literatura y a la conciencia de las clases subalternas, sigue siendo un tema pendiente de consideración en su dimensión revolucionaria, así como el alcance de sus aportes a la teoría literaria feminista. Es un libro fundamental, que solo se pudo construir a través de un profundo acto de generosidad. Por eso, esta entrevista con Alejandro Morandini.

 

P: – Este libro sale a la luz ahora, pero me imagino que lleva un periplo de años. Contame desde la génesis de la idea hasta el tiempo que te llevó recopilar los artículos y finalmente conseguir publicar el libro…

 

Alejandro Morandini: – Para mí, este libro estuvo en la cabeza de cualquier lector que siguiera la sección de poesía de la revista Claves. Recuerdo haber llegado una mañana a la oficina de su director, Pedro González, y preguntarle por qué estas notas de Kuky no eran un libro. Él tenía el mismo propósito; luego hablabas con cualquier escritor o poeta salteño y todos se preguntaban lo mismo. Recuerdo a Isidoro Zang y a Víctor Hugo Lellin con la misma aflicción, y así, todos menos Kuky. Era plenamente consciente de la reunión de opiniones pero nunca se decidió a trabajar su compilación. Luego, con la noticia de su muerte, fue una inquietud constante mía. Había vuelto de un largo viaje y no pude contactarme con ella que ya estaba internada. Me prometí hacer un libro en su memoria. Compartí esta inquietud con Elisa Moyano que también venía trabajando una idea en ese sentido junto a un grupo de profesores de la UNSa y logré entusiasmar a Juan Manuel Díaz Pas en los primeros escaneos y reunión del material. Luego concursé al Fondo Nacional de las Artes lo que ya era un proyecto en curso, y la beca nacional me permitió finalizar la digitalización de un archivo de más de 200 notas en ensayos, entrevistas, cuestionarios y columnas de opinión de Kuky. De toda esa investigación para el FNA hice este libro que reúne 26 notas, un reportaje y un montaje de versos de tipo collage.

 

P: – ¿Cuál fue la mayor sorpresa que te diste en esas búsquedas? ¿Qué texto se llamó la atención?

 

AM: – El ensayo sobre la revolución nicaragüense fue el artículo que más me impresionó. Hay que leerlo en su perspectiva histórica; sobre eso me señalaba Santiago Sylvester, muchos de los nombrados ahora son censurados por la propia Revolución. Es un informe de células sobre la construcción del poder popular, el rol de la cultura y el de los escritores. Si el conjunto es pedagógico, este ya es un ensayo que es un instructivo sobre cómo tratar la cuestión cultural durante un proceso revolucionario.

 

P: – ¿Por qué te interesó armar este libro?

 

AM: – Siempre me pareció necesario. Veía en Kuky a una de las pocas personas que daba su opinión literaria en un medio con escaso ejercicio de la crítica.

 

P: – Queda claro, por lo que me decís que Kuky fue mucho más que una poeta…

 

AM: – Kuky fue una poeta y una pedagoga, no solo como maestra y profesora universitaria, dio lección estética en sus ensayos y reseñas literarias, educó en la sensibilidad literaria de la época a quien se acercara, incluso iba a tu encuentro si había leído algo tuyo. Siempre estuvo atenta a lo que producían los más jóvenes.

 

P: – ¿Creés que tiene el reconocimiento que se merece? ¿Qué lugar ocupa o debería ocupar en el campo literario salteño y del país?

 

AM: – Esas cuestiones que tienen que ver con el reconocimiento, los lugares que se ocupan entiendo que son cuestiones menores a la hora de valorar una obra. Pienso que el pensamiento de KUKY no estaría demasiado lejos de eso. Fue una persona en vida que le interesó más pensar que ocupar un lugar o tomar una lapicera y decidir quién es poeta y quién no. Para eso ejerció la crítica y la opinión especializada. Abjuró de todo paternalismo; esto es central, no toleró el patriarcado, menos aún a su hijo opa, el paternalismo literario salteño.

 

P: – ¿Cuál es el próximo libro?

 

AM: – Dávalos, Juan Carlos Dávalos. Organizar y anotar los inéditos, las conferencias, las misceláneas. Y una biografía, quizás con más datos y en contraste con la literatura de la época, la matriz conservadora, algunas consideraciones borgeanas.