La auditoría realizada en el Hospital de Güemes es lapidaria: edificio sin habilitación donde trabajan profesionales que no asisten, cobran de más y se mueven en salas mal ambientadas y repletas de equipamientos obsoletos. (Federico Anzardi)

Si hubiese que definir con una sola palabra al Hospital Dr. Joaquín Castellanos de General Güemes se podría recurrir a una que todos conocen y que a pesar de su aparente imprecisión inicial resulta perfecta para la ocasión: impresentable. Es que después de leer el informe de auditoría sobre el lugar, dan más ganas de acudir a un curandero de los que publican avisos en los clasificados antes que ponerse en manos de la salud pública salteña.

El informe de la Auditoría General de la provincia, publicado a mediados de octubre, analiza el período 2012 del hospital y muestra controles realizados en los últimos años. Se trata de una investigación que hace foco en los aspectos financieros, legales y de gestión del lugar.

En 120 páginas, el equipo de auditores muestra diversas irregularidades que dejan muy mal parado al hospital. Se detectaron desde fallas en los pagos hasta problemas edilicios y muestras de una gestión entre improvisada e irresponsable.

Para empezar, los auditores no pudieron hacer bien su trabajo de control, ya que a la hora de relevar y analizar los anexos mensuales de guardias profesionales de 2012, se encontraron con que los registros de enero, junio y noviembre no estaban disponibles.

Doblame los números: se percibe una falta a la Ley 7.678, que establece el Estatuto de la Carrera Sanitaria para el Personal de la Salud Pública de Salta. En su artículo 2º, dispone que los trabajadores se clasificarán de la siguiente manera: de planta permanente, con designación temporaria y profesionales residentes.

Esto es algo que no se cumple en el hospital. Una de las observaciones del informe asegura que se constató la prestación de servicios profesionales médicos en situaciones no previstas en el artículo 2º. Tampoco se pudo comprobar el cumplimiento del artículo 20 de la Ley de Contrataciones de la Provincia.

El importe total de la contratación de médicos ascendió a $905.478,86, casi un millón de pesos.

Te contrato dos veces: el informe comprobó que al menos en ese período, el hospital contrató en calidad de monotributistas a profesionales que integraban su planta permanente y transitoria para que realizaran guardias activas y pasivas. Estas contrataciones paralelas fueron autorizadas por la gerencia general y el gasto total fue de $323.828,87. Esta maniobra no cumplía con el Estatuto de la Carrera Sanitaria ni con la Ley de Contrataciones, además de que caía en incompatibilidad con lo dispuesto por el Régimen de extensión horario por Dedicación Exclusiva.

El informe asegura que, entre otras irregularidades, no existen evidencias que el hospital haya dado cumplimiento a la Ley de Contrataciones de la Provincia. Tampoco existe un programa anual de contrataciones.

¿Quién te conoce? Hay tres médicos que percibieron haberes por servicios de guardia que no poseen ningún antecedente o legajos.

Ponelos por ahí: ocho personas trabajaban en el hospital de manera informal. También en centros de salud dependientes del mismo. Cobraban su sueldo a través de la Municipalidad. Además, cinco trabajadores no percibían un sueldo por su desempeño en el hospital. Ambas situaciones “importan riesgo potencial en caso de accidentes personales o de otras características”, asegura el informe.

Asistencia al ausente: según el informe, el sistema de control de asistencia no funcionó durante el período auditado ni en el hospital ni en los tres centros de salud que dependen del mismo. También se agregó una declaración de la Jefa de Personal, que informó que la última vez que estuvieron los relojes en funcionamiento fue en julio de 2013.

Visita sorpresa: el 9 de mayo del 2014, el equipo de auditoría realizó un control de asistencia a los profesionales médicos que se encontraban cumpliendo con su jornada habitual. Para realizar el procedimiento se contó con un listado de presencias que contenía datos básicos, horas de entrada y salida y agrupamiento.

El control verificó que trece profesionales no se encontraban en el lugar de trabajo y diez no figuraban en el listado de presencias. Además, en algunos consultorios nadie respondía a los llamados. En otros, los profesionales estaban, según sus colaboradores, trabajando en otros sectores, o llegaban justo para dar el presente al control.

El listado de presencias comprendido entre el jueves 1 y el viernes 9 de mayo de 2014 estaba integrado por 91 profesionales. Solamente dos presentaban registros de ingreso el día del control.

Ante esto, el informe concluye que “el sistema de control de asistencia del personal no resulta eficaz, pues no todos los agentes que se desempeñan en el hospital registran ingreso y egreso y los reportes que el mismo emite son incompletos y extemporáneos”. Esto se suma a lo informado por la Jefa de Personal, quien aseguró que durante el 2012 existió un incumplimiento generalizado respecto al horario de trabajo por parte de los profesionales que se desempeñan en el hospital.

Que no venga un sismo

El edificio donde funciona el hospital se ubica a tres cuadras de la plaza principal de General Güemes y data de 1937. Recibió ampliaciones diversas desde entonces.

El hospital no cuenta con la habilitación sanitaria del Ministerio de Salud Pública de la provincia, algo que parece una locura imposible de ser realidad pero es tan cierta como la lista de profesionales ausentes.

El edificio principal y sus ampliaciones no disponen de planos de estructura sismorresistente, visados por el COPAIPA, lo que infringe la Ley 5556. Tampoco de planos de instalaciones eléctricas, sanitarias, de gas natural. Sólo fue presentado el correspondiente a la ampliación efectuada en el sector de Maternidad.

Los auditores realizaron un control de cumplimiento normativo del lugar, que según la norma provincial es de un nivel de complejidad IV, mientras que para la normativa nacional es III.

Según los controles realizados, las áreas que componen la planta física del hospital, no observan los requerimientos establecidos para la categorización IV. Las razones son que no dispone de dos salas de partos, no cuenta con unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, no dispone de un sector de Estar para usuarios, ni uno para Personal con sanitarios y mobiliario de descanso. Tampoco tiene servicios de alta complejidad como medicina nuclear, estudios neuro y/o angioradiológicas y tomografía.

El Servicio de Enfermería tampoco cuenta con los requerimientos establecidos ya que las llamadas Offices de Enfermería no disponen de vestuarios para el personal. En tanto, el de los Consultorios Externos no tiene baños ni cuentan con sectores propios para la actividad administrativa. Tampoco hay un Office para la Terapia Intensiva de Adultos, por lo que los trabajadores de ese sector se ven obligados a efectuar sus actividades en una mesada central que tiene una pileta.

Barbijos, por favor

Según el informe, los locales de trabajo y las áreas de circulación de pacientes y personal no cumplen con las normas de control de infecciones hospitalarias relacionadas con la eliminación de los residuos sólidos y disposición de la ropa usada contaminada.

El Servicio de Esterilización no dispone de vías diferenciadas para el acceso de materiales sucios y el egreso de materiales limpios.

Los Servicios del Laboratorio Bioquímico y Bacteriológico no cuentan con la habilitación del Colegio de Bioquímicos. Su área técnica no está separada de las demás y el revestimiento impermeable de las paredes no alcanza la altura requerida. Falta iluminación y cabina de bioseguridad.

Los Consultorios Externos no tienen seguridad ni ventilación adecuadas. No disponen de equipos de climatización, salvo dos de ellos. Sus instalaciones generales no cuentan con las instalaciones eléctricas e iluminación general adecuadas. El de Odontología no dispone de vestuario. Las salas de espera no tienen ventilación adecuada, ni protecciones de seguridad. Tampoco procuran privacidad.

El Servicio de Cirugía está compuesto por los Centros de Cirugía Central y el de Cirugía Obstétrica. No disponen de Sala de Preanestesia. El sistema de ventilación no cumple con las condiciones de asepsia propias de este tipo de lugares. No disponen de filtros de aire con capacidad para detener ciertas partículas peligrosas. Los Centros Quirúrgicos no tienen matafuegos ni hidrantes. Los equipos de cirugía no cuentan con fuentes de alimentación ininterrumpida y ninguno de los grupos electrógenos dispone de transferencia automática de energía eléctrica. Algo similar sucede en el servicio de Unidad de Terapia Intensiva para Adultos.

Un hospital sin remedio

Respecto al Servicio de Farmacia, el informe revela que en ese sector del Hospital de Güemes no hay, para empezar, una habilitación del Programa Farmacia de la Subsecretaría de Gestión de Salud del Ministerio de Salud de la provincia.

Está ubicado en un lugar no funcional a las unidades de internación que requieran de sus servicios. El Depósito de medicamentos está en el subsuelo del Hospital y no dispone de ventilación e iluminación adecuadas. En las paredes hay rasgos de humedad y, al igual que el sector central, no hay dispositivos de seguridad, matafuegos ni hidrantes.

Dejá, me opero solo

Alguna vez el Indio Solari reflexionó sobre la necesidad de que ciertos lugares mantengan a rajatabla sus normas. “Entiendo que un tipo que está pintando un cuadro, haciendo una película o tocando una canción se tome una pepa o una raya, porque no jode a nadie. Ahora, si yo estoy entrando al quirófano para una operación a corazón abierto y veo que el cirujano se está tomando un pase, si todavía la anestesia no me hizo efecto, me pongo la bata y me rajo”, declaró a fines de los noventa.

Tranquilos, en el Hospital de General Güemes no hay pruebas de médicos con rayas o pepas encima, pero las observaciones de la auditoría respecto al Servicio de Internación provocan una sensación similar a la del hipotético Solari de bata que huye despavorido,

Según el informe, los boxes de internación no disponen de equipos de climatización que aseguren condiciones de humedad y temperaturas adecuadas, salvo ventiladores de techo que resultan insuficientes.

El sector de Obstetricia no dispone de matafuegos ni hidrantes.

Los internados de Cirugía General, Clínica Médica y Pediatría no disponen de la cantidad de sanitarios necesarios. Los boxes de internación no tienen bocas de oxígeno, de vacío ni bocas de tomacorrientes adecuadas.

El equipamiento del servicio de Cirugía General es obsoleto, según informa la auditoría. Agrega que es “inadecuado a los requerimientos de las prestaciones actuales, excepto el equipo de anestesia y el videolaparascopio”.

Los quirófanos de Cirugía Obstétrica no disponen de un Cardioscopio, Desfibrilador y Cardioversor por cada unidad, ni Pinza de Maguill por cada máquina de Anestesia.

La Unidad de Terapia Intensiva no dispone de Preamplificador de presión arterial por método invasivo, sincronizador desfibrilador, Cardiodesfibrilador, Computadora de volumen minuto cardíaco por hemodilución, Carro de reanimación con equipo de intubación endotraqueal ni Aspiradoras portátiles para drenaje. El equipamiento es obsoleto allí también.

Atado con alambre

Increíblemente (o no, a esta altura), los Sectores de Ginecología y de Hemoterapia no se encuentran cubiertos por el servicio alternativo de energía eléctrica. Además, el hospital no dispone de elementos de protección contra incendios en ninguno de sus Servicios: faltan matafuegos, red de hidrantes y sensores de humo y gases.

Tampoco se cuenta con el Certificado de Aprobación contra Riesgo de Incendio y Catástrofe de la División de Bomberos de la Policía de Salta.

En el sector de Lavandería no hay agua caliente. No se delimitan claramente los sectores de Limpios y Sucios. El personal no dispone de indumentaria adecuada para el desarrollo de sus funciones ni de elementos de protección auditiva. En el lugar hay dos lavadoras, una secadora y la caldera fuera de funcionamiento. La planchadora industrial y la máquina de coser industrial están fuera de servicio.

En la Cocina existe una Despensa sin iluminación ni ventilación adecuadas. De cuatro carros térmicos, dos no funcionan.

Respecto a la Seguridad, el hospital dispone de un acceso principal que no efectúa controles. No hay un personal de seguridad propio ni contratado.

De las nueve ambulancias, sólo cuatro funcionan. Las restantes, a la hora del control, estaban en reparación o con solicitud de baja. En las que sí estaban operativas se detectó falta de equipamiento básico.

Los residuos también son protagonistas de la auditoría. En el hospital, los residuos líquidos diluyentes y corrosivos provenientes de la actividad radiológica y farmacéutica se eliminan vía desagües cloacales, sin tratamiento previo, sin tener en cuenta a la Ley 7.071 ni a la 7.070, de Protección Ambiental.

Tampoco existe un plan de contingencia o de emergencias ante la posibilidad de fenómenos naturales como sismos, inundaciones o deslizamientos de tierras. Los incendios, accidentes de tránsito o avalanchas humanas no son contemplados.

En la zona de Gerencia Administrativa, Laboratorios, Farmacia, Depósito de Farmacia y Arancelamiento existe una sola vía de circulación y no hay vías de escape ante emergencias.

Esto último quizás se deba a que el hospital no dispone del Estudio de Seguridad. No hay plan de emergencias ni tipo de actividades previstas o planos.

Espera en la madrugada

Si es un clásico de la salud pública salteña, el hospital de Güemes no se iba a quedar afuera: el informe revela que los pacientes deben concurrir a solicitar atención en horas de la madrugada y efectuar largas colas. Agrega que faltan anestesistas, neonatólogos, pediatras, enfermeros pediátricos, técnicos de laboratorio y agentes sanitarios.

Y si los pacientes desean quejarse, no podrán, ya que el Libro de Quejas se dejó de usar, por orden de las autoridades del hospital, el 22 de febrero de 2011.

Números que no cierran

Durante el período 2012, los gastos en Personal asignados por el Ejercicio de ese año fueron de $49.360.229. Los de Consumo, $1.406.668. Tras un análisis de los auditores se estimó que los gastos totales de ese año en el hospital fueron de $70.908.734,20, y que el 94,79% correspondió a gastos de Personal.

También se constató que el hospital percibió cobros por casi $70 mil en cuenta corriente y en efectivo de empresas privadas por prestaciones por las que no se emitieron facturas ni existen convenios  firmados.

Además los fondos que debían ser destinados a mejorar la accesibilidad, cobertura y calidad de los servicios brindados al sector materno infantil fueron utilizados para atender gastos de personal, mantenimiento, artículos de librería, mobiliarios, aires acondicionados y equipamientos.