Si antes del #17ª había dudas (y muchas) dentro de la propia oposición respecto al liderazgo de Mauricio Macri al frente de todos ellos, hoy casi se puede asegurar que el ex Presidente «va a ser candidato». En realidad, él ya lo venía pensando como una gran posibilidad, pero no para mantener el liderazgo en Juntos por el Cambio, sino para asegurarse fueros que le permitan esquivar las causas judiciales.

En Casa Rosada en cambio, afirman que, si la reforma judicial sirvió para unir a la oposición en un momento de máxima tensión, el banderazo «partidario» logró apagar las internas en el Frente de Todos. La reaparición de un «enemigo» en común, (Mauricio Macri) según Juan Grabois, refrescó el clima de la campaña y amalgamó nuevamente a las distintas vertientes del Frente de Todos, en el momento indicado, justo cuando las “diferencias” empezaban a destruir. Si bien antes del lunes no se veía unanimidad sobre las intenciones de Macri, su «actitud triunfalista» posterior a la marcha, hicieron cambiar de opinión a quienes lo veían afuera de la carrera electoral. Ya que nadie se cuelga de una marcha que ni siquiera convocó si no le interesa seguir en carrera. Y el primer afectado por esto sería Horacio Rodríguez Larreta, a quien, según muchos, Macri “se la tiene jurada”.