Dispuso ampliar la entrega de planes sociales y de comida, y reforzar la seguridad en puntos sensibles de la provincia; afirman que sectores kirchneristas agitan la protesta para crear un clima de malestar.
En medio del descontento por el ajuste de tarifas y la inflación, el gobierno de Macri comenzó a coordinar un plan de contención a sectores vulnerables de las zonas más calientes del conurbano bonaerense para evitar desbordes en los reclamos y porque tiene información de que sectores del peronismo cercanos al kirchnerismo redoblaron en sus territorios estrategias de agitación para generar un clima de malestar social y afectar la gobernabilidad.
Según confiaron a LA NACION fuentes del Gobierno y de la gobernación bonaerense, se comenzó a ampliar en los municipios la entrega de planes sociales, de DNI con cobertura de Asignación Universal por Hijo y se duplicó el reparto de alimentos en municipios y comedores escolares y comunitarios. Además, se revisarán las subas de tarifas, se acelerarán obras públicas demoradas, se ampliará la vacunación contra la gripe A, se coordinarán planes de seguridad y se dispuso un sistema de alerta máxima para la policía bonaerense con guardias cercanas a los grandes supermercados para prevenir saqueos organizados políticamente.
No se hará visible la presencia policial para no generar temor, pero se pedirán, de ser necesario, refuerzos de fuerzas nacionales de seguridad. Se desestima un desborde en el corto plazo. Pero existe una «alerta máxima», según confió un funcionario bonaerense. «La situación social es difícil, pero si algo así ocurriera sería porque están movilizados políticamente por dirigentes del kirchnerismo que están agitando, y queremos dejarlo claro», dijo a LA NACION un alto funcionario de la gobernación bonaerense.
Desde el gabinete de Vidal informaron al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que el foco del problema está en cuatro municipios gobernados por intendentes kirchneristas: La Matanza, Moreno, Avellaneda y Berazategui. Punteros peronistas convocan en esos territorios a sectores vulnerables a las calles para protestar contra las medidas de ajuste.
Es por ello que hace quince días Frigerio convocó a intendentes a la Casa Rosada para acordar mesas de trabajo conjunto y anteayer recibió a los de La Matanza, Verónica Magario, y de Moreno, Walter Festa. Iban acompañados del presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, jefe político matancero y ex intendente del municipio.
El objetivo político era contenerlos y acordar políticas de asistencia comunes. Voceros oficiales de Frigerio y de Macri relativizaron la preocupación oficial y señalaron que sólo se conformó una mesa de trabajo para acordar rebajas en tarifas, la ampliación de tarifas sociales y la reactivación de obras públicas.
Pero Espinoza concitó la atención de la Casa Rosada desde que el 30 de marzo último dijo que «si explota el conurbano, salta Mauricio Macri y a la gobernadora le va a costar».
Funcionarios bonaerenses macristas transmitieron a Balcarce 50 que militantes del peronismo les comentaron que los discursos de Espinoza en actos barriales son más que encendidos. La Matanza es el último reducto institucional del kirchnerismo con peso territorial.
El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, dispuso un refuerzo de seguridad cerca de los grandes supermercados -no frente a ellos, para evitar alarmar- por si debe intervenir ante algún desorden. La ministra de Seguridad Patricia Bullrich garantizó eventuales desplazamientos rápidos de fuerzas nacionales, en caso de ser necesario.
La diputada Elisa Carrió había denunciado el lunes que el kirchnerismo «quiere voltear» a Macri. Consultado por LA NACION, el Presidente asintió pero le restó importancia: «Hay una pequeña minoría de argentinos, que no representan a casi nadie, que se aferró al poder, a los privilegios, y que no termina de aceptar que los argentinos decidimos un cambio».
Si bien evitaron dar cifras precisas, altas fuentes del Ministerio de Desarrollo Social confirmaron que se duplicaron los envíos de alimentos -cerca de 50 toneladas por mes- y la ministra Carolina Stanley está en permanente contacto con Magario, con otros intendentes y con Vidal.
Antes de recibir a Espinoza y Magario, Frigerio conversó con funcionarios de Vidal. «La situación social es delicada y hablamos con todos los intendentes con normalidad, pero hay una cuestión política: en La Matanza no se comunican y Espinoza dice cosas muy duras», señaló un allegado a Vidal.
Al salir de la reunión con Frigerio, Espinoza negó anteayer cualquier intencionalidad desestabilizadora. «Todo lo contrario. Quedamos en conformar una mesa de trabajo sobre tarifas, vacunación, alimentación, seguridad y obras públicas, encontramos la mejor predisposición», dijo. Pero agregó: «Pedimos esta reunión con intendentes peronistas para trabajar en conjunto para que entiendan la situación de conflictividad social debido a todos los problemas de desocupación, inflación y aumento de los alimentos».
Fuente: La Nación