El Ingenio San Isidro niega la indemnización legal de 460 trabajadores despedidos, al quebrar la anterior operadora. La producción fue abandona en 2018. Los actuales dueños se niegan a afrontar el pasivo, pese a que amasaron una fortuna incalculable, gracias a los negocios argentovenezolanos que sellaron Néstor Kirchner y Hugo Chávez, durante la década ganada. Los actuales dueños del emprendimiento imponen condiciones de explotación, pese a ser una de las 1.200 empresas argentinas descubiertas con firmas off shore en paraísos fiscales, gracias a la investigación Panamá Papers.

                                                                                                     Rodolfo Bayer

El Secretario de Trabajo de la Provincia, Dr. Alfredo Batule, hasta el momento no pudo lograr que los hermanos Ruiz Juárez, actuales propietarios del Ingenio San Isidro, abonen las indemnizaciones de 460 trabajadores salteños que fueron despedidos en 2018, cuando el grupo peruano Gloria abandonó la producción del ingenio. La empresa tucumana Paramérica S.A., actualmente propietaria del ingenio, adquirió de los peruanos la firma de Campo Santo, con activos y pasivos, pero hasta el día de hoy no abonó un solo peso a los obreros despedidos. Paralelamente la firma mantiene la producción con apenas 270 trabajadores, sobre una planta original de al menos 730 empleados. Tampoco las condiciones laborales, y económicas del personal parecen ser de interés estatal. Los desocupados directamente al garete. Ni plata, ni gracias. Y nadie negaría que 460 despidos en ese lugar de Dios son una bomba atómica de ojos tristes y botellas vacías. Ante esta situación de desamparo, los obreros que mantuvieron el puesto laboral hoy sufren condiciones de explotación que se reflejan en multiplicidad de tareas, sobrecargas horarias y una pérdida salarial de casi el 40% con relación a los anteriores propietarios, pasando el promedio de sueldos de 40.000 pesos mensuales a 25.000, pese a que la inflación acumulada entre 2018 y 2020 ronda el 150%. La inyección económica mensual en las calles del pueblo pasó de los 32 millones de pesos, a tan solo 7 millones, lo que se ve reflejado en la paralización de la actividad económica, y en la pérdida abrupta de la recaudación municipal. La desocupación y la miseria que actualmente azota a la comunidad camposanteña, es -en este caso- un producto directo del abandono gubernamental central, que entre otras obligaciones posee la responsabilidad de hacer cumplir las normas labores, actualmente violadas.

Primeros pasos

Desde que el grupo económico se hizo cargo del Ingenio San Isidro, quedó claro que la destrucción lisa y llana del Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar San Isidro (SOEASI) formaba parte de la estrategia de negocios de los nuevos dueños. Diego Ruiz Juárez (uno de los tres hermanos dueños de la firma tucumana) fue el encargado de mantener los niveles de producción y exportación de azúcar orgánica y alcohol, y para ello construyó un modelo basado en el sometimiento absoluto de los escasos trabajadores azucareros que fueron contratados tras el cierre total del ingenio, provocado por la multinacional de origen peruano conocida como Grupo Gloria.

Paralelamente, el nuevo propietario forzó la desaparición del SOEASI, cuya comisión directiva electa fue también despedida y desconocida por los flamantes propietarios, dando por tierra con los derechos laborales y sindicales de los trabajadores.

En un alarde de neoliberalismo explícito, la empresa ZADAR S.A. no solo amenazó con el desempleo a los contratados mediante el financiamiento directo de un sistema de desafiliación de los trabajadores a su sindicato, sino también fundó una pseudo asociación sindical sin personería jurídica organizada por una abogada de la patronal, Anabel Aparicio, cuyo mascarón de proa fue un minúsculo puñado de empleados que decidieron defender los intereses de sus patrones.

Desde el inicio se desarrolló una furibunda campaña difamatoria contra los miembros del SOEASI culpándolos de los efectos nocivos que las maniobras empresariales, tanto de la multinacional Gloria como de sus sucesores Rocchia Ferro y Ruiz, provocaron a toda esa región salteña.

Este ataque, que todavía persiste, tuvo también su correlato violento cuando una patota de la empresa agredió físicamente a periodistas locales que habían denunciado la situación en el ingenio San Isidro. El San Isidro aplicó una reforma laboral de cuño propio, violando toda la legislación de trabajo vigente en nuestro país, sin que las autoridades hayan hecho nada para impedirlo.

Emporio y albertinismo

Los hermanos Ruiz Juárez (Diego, Carlos, Marcelo) tienen una vasta experiencia en burlar leyes, no solamente laborales y tampoco únicamente en Argentina. De hecho el grupo empresario liderado por Diego opera desde hace años una empresa offshore llamada Paramerica,  radicada en Islas Vírgenes Británicas, que figura en los célebres Panamá Papers en los que también apareció en su momento el ex presidente Macri. Sobreseído el 5 de diciembre de 2019, a tan solo 5 días de traspasar la banda al “albertinismo”, administrador de la pandemia en curso.

Tanto los activos que posee Macri como los de Diego Ruiz y familia en empresas off shore tuvieron un mismo agente: el estudio Mossack Fonseca, conocido especialista internacional en construir figuras legales en paraísos fiscales destinados a proteger los intereses de evasores impositivos, lavadores de dinero, y a todo tipo de responsables de delitos relacionados con grandes fortunas, propias y ajenas. Pero sobretodo oscuras y ajenas.

Desde sus inicios, el llamado Grupo Ruiz no se dedicaba al negocio del azúcar o el alcohol. Su especialidad era -y es- la exportación de legumbres, granos y semillas, además de una amplia diversificación de actividades productivas y comerciales como la producción y exportación de limones, cría de ganado, entre otras áreas.

Precisamente de las exportaciones de granos y legumbres surgieron las denuncias que vincularon a los Ruiz con el cobro de sobreprecios en millones de dólares en algunos casos, y su contraparte –cobrar por debajo de los valores de mercado-, en poco claras operaciones de exportación a diversos países.

 

Dos mil diecioche (2018)

Cuando explotó la realidad en la localidad de Campo Santo (zona cero) todos despertaron. Algunos lo esperaban. Otros no. Cerrando el Ingenio San Isidro todo cambiaría. Nadie había redactado su testamento. En este escenario En un pueblo nadie cree que algo puede cambiar, mas que el color de una casa, la muerte de un perro. Y todo cambió. Lo primero que murió fue la mentira pequeña de los malos políticos. El país por esos días estaba mas interesado en las tasas de interés que en la producción industrial. Todo cerraba. La timba financiera del macrismo se comía el Hecho en Argentina. Hasta las maquinas Singer que repartía Eva bajaron la persiana, como riBer en 2011. Por entonces, también el gobernador Juan Urtubey aplaudía la gestión nacional, que apostaba al sistema financiero concentrado. Su hermano José ya se quejaba en las radios, aunque nunca insultó. Su hermano Rodolfo cantaba en japonés (o chino con fonética de gringo) desde el Senado Nacional. Eso sí, cantaba una letra razonable, y mas progre que sus hermanes Juan y José. Los chiques bien de “El Club”. La generación del 18´. Una generación rancia. Una generación 2.0, que acumuló a costillas del pobrerío. Un grupo étnico de la Salta marginal, periférica. Esa misma que alguna vez calificara el vigente Juan Carlos Villamayor, como “la gentecita”. Esa doña encorvada en las recovas, o ese vallisto que es mas joven que su cara. Gente simple y a veces desesperada, que ante un saco y un par de zapatos, esgrimen un dulce “buen día dotor”.

 

Vírgenes (islas británicas), como Pecas un jueves.

En la dirección de internet https://offshoreleaks.icij.org/nodes/10156875 cualquiera puede encontrar la identificación de la firma off shore, PARAMERICA S.A., creada el 15 de mayo de 2015, cuando muchos pensaban que Macri perdía contra quien sea, algo que se catalizó el 11 de agosto en las paso nacionales, cuando el felino nos mandó a dormir por la paliza que no aceptó. El profesor Fernández se probaba la banda presupuestaria, aunque todavía lejos el poder real.

En este destino de la web el navegante descubrirá que, ante el incierto futuro amarillo, lo mejor era sacar el físico acumulado. Por eso la empresa se registra en British Virgin Islands, paraíso fiscal de la reina vieja. La creación de la firma off shore fue a través del estudio especializado (y allanado en Panamá City) Mossack Fonseca, principal aportante de los datos para el Panamá Paper. Estos tesoros tuvieron a M.M. en vela hasta el 5 de diciembre pasado, cuando fue sobreseído desde el estribo. En esta dirección de la red madre encontraráa que DIEGO JOSE RUIZ JUAREZ es el chef en la cocina del Titanic / San Isidro. También confirmará que es responsable de una off shore, por donde sacar una deKada de ganancias adquiridas entre Néstor Kirchner y Hugo Chávez, futuros billetes del sudacodólar. El mismo Diego que junto a Carlos operan la empresa en Salta (a Marcelo no se lo ve participar), y donde los esclavos modernos cumplen su función cama afuera.

 

Yate al pedo

Los hermanos Ruiz Juárez son originarios de Rosario de la Frontera, aunque el destino dispuso que actualmente sean una firma de exportación tucumana. Los chicos se dedicaron originalmente al cultivo y comercialización internacional de producción primaria. Nunca les faltó para el bollo y el mate cocido, pero tampoco soñaban años atrás con su actualidad patrimonial. No estaba en los planes su actualidad. Algunos se aventuran a detallar la belleza de sus propiedades en Miami (casas y departamentos), como así también todo lo que invirtieron en España, donde la cosa va mas allá de los ladrillos. Para muchos lo triste es ese yate tan top que hoy no se puede disfrutar por culpa del Covid19- Un yate en España. Al pedo. Eso sí es top. Los que conocen a los hermanos desde la época en que una kermés era adrenalina, afirman que su despegue monetario fue con Néstor K en la presidencia, cuando pusieron su firma e ingeniera al servicio de Julio “preso político” De Vido, por entonces hijo de Zeus. Los chicos de Rosario de la Frontera del Tucumán empezaron a exportar maquinaria, acordada previamente entre Lupín y el comandante Hugo. Los hermanos solo cobraron el uso de la hidrovía off shore, con millonarios ganancias a lo largo del tiempo. Según una fuente local, en San Miguel de Tucumán hace mucho ruido la comercialización exclusiva que tienen de la línea Renault en la vecina provincia. Todo vehículo con rombo en Tucumán es de los hermanos dueños del San Isidro salteño. Al parecer algunos creen allá que esas consesionarias monopólicas podrían ser en realidad la repatriación del tesoro amasado en sus años de piratas.