En un plenario online, la municipalidad capitalina informó sobre la construcción de bicisendas en la ciudad y dejó en evidencia que avanzaron sin planificación ni consulta ciudadana.  

                                                                                                  Alfredo Palacios

Las ciclovías en avenida Belgrano han generado una gran polémica. La falta de información no solo a la ciudadanía, sino también a los concejales obligó a la gestión a concretar un plenario para explicar el nuevo Plan de Movilidad que se está implementando en la ciudad.

En el mismo, quedó de manifiesto que las obras se iniciaron sin una preparación  y los funcionarios reconocieron que hubieron muchas desprolijidades, además de que no hubo una participación ciudadana amplia. A su vez, quedó en evidencia que se avanzó sin tener en cuenta el transporte masivo de pasajeros, ni el estacionamiento, ni las refacciones correspondientes en las calles. En definitiva: se mandaron con más voluntad, que planificación.

Los funcionarios confirmaron que tienen previsto instalar 22 kilómetros de bicisendas, la inversión prevista para las obras será de un millón de pesos por km.

Una intervención que cuestionó a la municipalidad fue la de Paula Benavides: “Es importante alentar el uso de este transporte, pero creo que se está trabajando con el proceso inverso. El mismo PIDUA propone que se debe, en primer lugar, reestructurar el sistema de transporte urbano e interurbano de pasajeros, porque resulta difícil reducir las calzadas principales cuando hay 40 líneas urbanas y 14 líneas interurbanas, superando los 400 colectivos por hora”.

En ese sentido la edil remarcó que se está yendo en contra del PIDUA: “es que es necesario ver dónde se van a estacionar los vehículos, ya que se va a reducir con las bicisendas gran parte de lo que antes era el estacionamiento medido. Lo señala PIDUA es que hay que fomentar a la iniciativa privada de la construcción de estacionamientos en altura o de forma subterránea, y sobre esto no se hizo ningún proyecto, es decir, se tendría que haber hecho un trabajo previo”.

La concesión de la Belgrano

El responsable de informar al respecto de la empresa constructora responsable fue el funcionario Daniel Amador. Al respecto dijo: “Para la realización de la ciclovía en calle Belgrano se realizó un proceso de contratación directa con libre negociación. Se presentaron tres empresas:  la empresa Pastrana Strizich presupuestó 3.606.000, por lo que se le adjudicó la obra; desde Avenida Belgrano desde Luis Burela hasta Bicentenario”.

“Tenemos un segundo proceso de licitación que es para ciclovía de Calle Alvarado, desde Luis Burela hasta calle Bicentenario. Para este proceso se presentaron también tres empresas, con un presupuesto inicial de 3.186.526,53. Las empresas que se presentaron fueron: Cáceres Rojas, Oscar Zoricich, Cegeva. En esta ocasión se adjudicó la obra a Oscar Zoricich por ser un presupuesto menor al presupuesto oficial”, añadió.

“Estamos trabajando con un presupuesto prórroga del 2019, y como lo expliqué varias veces, el presupuesto prorrogado que se aprobó fue a valores de diciembre del 2018, por lo que estamos desfasados en valores nominales en más de un 55%. En la Municipalidad recién estamos arrancando con estas obras, por lo que todavía hay ejecución presupuestaria para otras obras”, indicó.

Angulo no pudo ocultar el desorden

La Secretaría de Desarrollo Urbano de la Municipalidad, María Eugenia Angulo, defendió la obras diciendo que “las islas que se han dispuesto en los cuatro puntos a lo largo de la calle Belgrano son diseños que hacen que el auto que entra ala Belgrano, lo haga de manera abierta y no agarre ni a ciclistas ni a peatones y también actúa de reductores de velocidad. Por supuesto que el eje Belgrano todavía está en obras, faltan delimitadores verticales, lo que llamamos “huevos fritos”, que son reductores de velocidad, que avisan al conductor que va a haber un obstáculo más adelante, tal como hay en la avenida Arenales”.

La funcionaria Angulo también señaló: “Es necesario destacar que el ancho que tienen las bicisendas es hecho para tráfico rápido de bicicletas, tiene un ancho tal para que se pueda producir el sobrepaso, y el lugar que ocupa hoy la ciclovía es el lugar que ocupaba en la gran mayoría de los casos, los autos, mal o bien estacionado o inclusive en doble fila”.

“Iniciamos con Avenida Belgrano porque cuando surgió la posibilidad de hacerlo, fue no solo porque estamos mirando hacia la ciudad a la que vamos y queremos, una ciudad sustentable, donde están primero los peatones, luego los ciclistas, el transporte público y recién ahí el auto particular”, sostuvo.

La tía de la intendenta 

Como las voces críticas no pudieron ser calladas, desde la municipalidad buscaron a la presidenta de la Comisión de Preservación del Patrimonio Arquitectónico y Urbanístico de la Provincia de Salta, Laura Saha para que avale las obras.

“Como cuidadores del patrimonio del área centro, que es la protegida por la CoPAUPS en la Ciudad de Salta, lo vemos con buenos ojos ya que la misma se verá parcialmente liberada de automóviles y colectivos, y esto sugiere solamente beneficios para el bienestar de los edificios catalogados ya que evita vibraciones nocivas para las antiguas estructuras como también se reduciría el abrasivo smog que daña las fachadas”, fueron las declaraciones.

Pocos se percataron del hecho de que la arquitecta en cuestión se encuentra casada con Marcelo Romero, es decir que sacaron a bancar las ciclovías a la tía de la intendenta Bettina Romero.