Un perro ecuatoriano del escuadrón antidroga tiene poderes adivinatorios. Muerde con antelación a quienes van a morir. Además dicen que pose otras formas caninas de adivinación.

Un pichicho de la Escuadra Canina del Grupo de Operaciones Especiales causa furor entre los uniformados de la policía ecuatoriana: hace dos semanas se confirmó que todo aquel que resulta mordido por “Morfi” termina estirando la pata.

Primero fue un suboficial, luego un capitán, ambos atacados por el can sin explicación alguna. Lo que llamó la atención es que este tipo de perros tiene un entrenamiento especializado y no agreden a uniformados.

Más extraño aun  fue que ambos policías murieron trágicamente en dos episodios distintos: a uno le cayó un cielorraso en la oficina que se le incrustó justo en el mate y lo dejó literalmente descerebrado. Mientras que el otro fue confundido con un malhechor mientras estaba de encubierto y lo cosieron a balazos en una redada antinarcóticos.

Aseguran también que este animal -el perro, no el suboficial muerto- puede percibir sucesos criminales antes de que estos sucedan, como por ejemplo cagar en lugares que luego serán víctimas de robos, como el caso de la casa de un senador ecuatoriano.

Ahora las autoridades del país ecuatorial están considerando condecorar a este can y ascenderlo de categoría: de perro raso a perro condecorado. La semana pasada recibió las llaves de la ciudad, y brindó algunas entrevistas en las que se lo vio contento, moviendo la cola y ladrando.