Mientras en América estamos empezando a sufrir las consecuencias posteriores al Coronavirus, como lo es la Mucormicosis, popularmente conocida como «Hongo Negro». Se trata de una asociación de esta agresiva infección por hongos con COVID-19., con una manifestación clínica rino-orbital-cerebral, es decir, alrededor de la nariz, ojos y cerebro.

El primer caso de América Latina se dio en Bolivia hace pocos días, siendo ocho los casos informados alrededor del mundo hasta el 9 de enero de 2021, donde el mayor factor de riesgo común para Mucormicosis era la diabetes. La mayoría de casos presentaron hospitalización durante 10 días como mínimo, con una sola persona fallecida. El tratamiento agresivo temprano es considerado esencial para su recuperación. Aunque se estima que entre el 40% y el 80% de las personas que contraen cualquier forma de Mucormicosis fallecen por la enfermedad, según el lugar de infección y las condiciones de salud subyacente. Afectó hasta el momento, especialmente a la India. La explicación tiene que ver con índices altos de infección por COVID e índices altos de diabetes. Debido al rápido crecimiento en el número de casos, el gobierno de ese país declaró la epidemia el 19 de mayo de 2021. ​
El caso de Mucormicosis que Bolivia confirmó el martes, se trata de un hombre de 42 años con antecedentes de haberse contagiado de COVID-19. Fue internado el 23 de julio pasado en Cochabamba y fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones, luego que el diagnóstico histopatológico confirmó que se trataba del primer caso de hongo negro en el país. El médico Javier Diez Canseco, citado en el informe oficial, indicó que no existe un contagio de persona a persona, porque el hongo de Mucormicosis se encuentra en el suelo, en la fruta, el pan que se deja guardado y en la suciedad que se mantiene en la casa. Por su parte, la médica María del Rosario Castro, explicó que el paciente, en primera instancia, presentó la caída de los dientes, lo que no era normal y que antes fue tratado en terapia intensiva, a causa del coronavirus.
En América Latina, hasta junio, se supo de dos personas con Mucormicosis, luego de que contrajeron COVID-19, una en Chile y en otra en Uruguay. Asimismo, el 7 de junio se confirmó el primer caso en Honduras y hasta el momento se registraron al menos tres casos de personas con Mucormicosis. El 11 y el 23 de julio fallecieron dos de ellos. El tercer caso y el más reciente, es el de una mujer de 60 años, diabética, que estaba hospitalizada en un centro privado, tras haber contraído la COVID-19. Según registros sanitarios, en Honduras existen antecedentes de la presencia del hongo Mucor desde hace 40 años.
Del otro lado del mundo, en Nigeria, un total de 653 personas fallecieron por una ola de cólera que los afecta desde marzo pasado. La cosa empeora aún más en temporada de lluvias. Al menos 22 de los 36 estados de Nigeria, así como el territorio de la capital federal Abuja, tienen casos sospechosos de cólera, de acuerdo al Centro de Control de Enfermedades de Nigeria (NCDC).
El Cólera, es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Vibrio Cholerae, ingresa al organismo provocando diarrea severa. En los casos más graves, la pérdida rápida de líquidos corporales provoca la deshidratación y de no recibir un tratamiento severo, la muerte. Esta bacteria vive en el agua, en mariscos y en el plancton. Es resistente al frío y al calor, pero sensible a la falta de agua y a la luz del sol. Se calcula que 1 de cada 20 personas infectadas puede desarrollar la enfermedad de manera grave. La principal vía de contagio es la ingesta de agua o alimentos contaminados. La última vez que nuestro país sufrió un brote de esta enfermedad, fue en el año 1992, cuando 451 personas se contagiaron y 15 de ellas fallecieron. El foco de contagio se ubicó en el norte del país y más precisamente en nuestra provincia.