Como toda oportunidad, la actual crisis abrió la vidriera con alternativas a las cuáles apelar, desde el Ejecutivo provincial. Las hay desde aceptables, regulares y hasta  cuasimonedas, con reminiscencias a la década de los 80 en el último caso. Pese a la calificación al corriente sobre la última vía o tal vez por ello mismo, ya hay campaña de promoción. 

                                                                                                 Por: Federico Pérez

La variada oferta de herramientas financieras es la buena noticia con que cuenta el saenzismo para ponerle el rostro al frente de tormenta económico que se concretará como subtrama de la pandemia. Es cierto que hay un sector que insiste con la emisión de bonos de cancelación, pero también que en el menú explorado en el gabinete provincial también se incluyó la “Cuenta DNI” del BaPro y la e-billetera “pim” del Banco Nación. 

Puede que las duchas turcas con lavandina hayan puesto en clima a varios operadores de la city gaucha, que en alrededores de calle España y Mitre avizoran un panorama casi reproducido al de la década del 80 con los títulos al portador. En realidad, una moneda espuria que arribó como una herramienta para apuntalar a la economía salteña en tiempos de Roberto Romero. 

Pero al transcurrir una década, esto había degenerado en la formación de titiriteros de maniobras especulativas que desde calle España, Mitre y Caseros transaban, a partir del accionar de “cambistas” mandados a pujar entre la designación nominal del salario liquidado a maestros y enfermeros, y su valor medido contra billetes de circulación nacional. De ahí la emisión de loas del Club de amigos del Tío Emilio, ex ministro de Hacienda provincial, fallecido recientemente, con poca gloria. 

Por otro lado, contra lo insinuado en ciertos reductos políticos durante esta semana, no es ni seguro ni cierto que la provincia de Córdoba vaya a emitir bonos de cancelación o cuasimonedas como las que tuvo Salta a mediados de los 80. En realidad, la opción ponderada por la gestión Schiaretti es sustancialmente distinta, pensada para un circuito específico y a plazos muchísimo menores que aquellos pagadiós del cantarerismo, que arrullaron fortunas repentinas e incrementos de algunas ya existentes. 

Tal como fue publicado a mitad de semana en la web de “Cuarto Poder”, el economista Martín Kalos al explicar sobre el título en que piensa Córdoba, resumió que “no es una cuasimoneda, porque no circula, es un bono de corto plazo (dentro del año 2020) que se puede usar para cancelar impuestos. Y no, no es lo mismo, que alguien la llame así (Cuasimoneda o Título de cancelación) es poco responsable y poco riguroso”. 

Precursores: en septiembre de 2019 ya se hablaba de cuasimoneda

 

La diferencia 

La mención de la Solución a lâ Cordobesa, fiel a su concepción, llevaría a que el Ejecutivo salteño emitiera un título para cancelar deudas con proveedores y contratistas del Estado provincial, no a un bono de cancelación que circule entre la generalidad de la población. Ya que el distrito mediterráneo “no está intentando que sea aceptado como medio de pago por los negocios locales, y por tanto no es ´dinero´. Es un bono para pagar a proveedores, que pueden usar para cancelar algunas otras obligaciones (como impuestos)”, aclaró esta semana Kalos casi hasta el cansancio.  

La emisión de un instrumento de estas características, además supone la posibilidad de ser intercambiado entre personas físicas o con entidades afines. De acuerdo a las previsiones que circulan en el Gabinete provincial, la baja en la recaudación de impuestos podría ubicarse a fin de mes en el 50 %. Un flanco en el que Salta está menos expuesta que otros distritos. 

La baja hasta la mitad en la recaudación gaucha tendría menor impacto que en otras provincias, dado que Salta cuenta con un 80 % de fondos provenientes de coparticipación nacional, y sólo el porcentaje restante es de origen local. En contraste, al contar Córdoba  con algo más de un 30 % de ingresos domésticos y con una baja calculada en un 17 % o 19 % en recaudación el golpe se haría sentir con mayor estruendo en el centro del país. 

En general, el economista de la consultora Elypsis evaluó que «las provincias tienen más gastos con menos recursos. Les cae su recaudación y lo que reciben por coparticipación», un intríngulis que Kalos aconsejó al final de esta semana ponerle ingenio en la elaboración de soluciones para cada caso. En particular, recomendando cualquier instrumento a utilizar, antes que las “cuasimonedas” o bonos de cancelación. 

En esto, el investigador metropolitano se anota junto con los colegas que sopesan costos y beneficios, en los que este tipo de instrumentos financieros –cuasimonedas- generan espejismos como el de parecer una solución en el corto plazo. En cambio, a mediano y largo plazo, son inflacionarios, deprecian el valor salarial en regiones focalizadas e instigan a prácticas especulativas de la más baja estofa. Entre otros inconvenientes. 

Para salir del paso, resultan más efectivos y de rescate más eficaz el uso de cheques diferidos, bonos para proveedores y contratistas, pagarés y Letras del Tesoro. A la par, según los expertos en esta materia no debería soslayarse la posibilidad de renegociar deudas públicas. Esto último, para el caso que hubiese alguna entidad que arriesgara a que Salta contraiga un crédito, garantizado con recursos petroleros o minerales de explotación a futuro. 

Al igual que en estos ejemplos, algunos miembros del elenco saenzista también tomaron nota de las dificultades que los salteños experimentaron el viernes 3 de abril para solventar sus necesidades cotidianas y guardar la cuarentena. Por ello, ingresaron en carpeta en estos días ideas como las de “Cuenta DNI”, relanzada en la semana por el Banco Provincia (Buenos Aires) y la billetera electrónica “pim” del Banco Nación, las que permiten amplio margen de maniobrabilidad a los usuarios, no cobran costo operativo y no requieren tener cuentas corrientes abiertas en estas entidades.  

En Salta, te blanquea en 1´; en Tucumán, el túnel desinfecta con agua y amonio.

 

La zona común

Si el orientador táctico de Jujuy o de Salta, o bien de ambos distritos, fuera el personaje de Exequiel Campa -Dicky Del Solar- posiblemente recomendaría un Protectorado del Norte para ambas provincias. Con tendencia separatista y futuro de secesión. El pandemónium actual parece promover la confusión entre el humor, la ironía y las propuestas reales, cuando no entre el uso de la fuerza y las bravuconadas sin ton ni son. 

En este continente con bisagras poco claras, los gobiernos de Salta y de Jujuy avanzaron este viernes derechito hacia una especie de anexión combinada y provisoria. Esto posibilitaría un intercambio comercial y turístico entre ambos distritos, como pre acordaron los mandatarios de ambos distritos en una videoconferencia que seguramente rivalizó con la homilía de Jorge Bergoglio, otro de los acontecimientos más hiteros en la jornada de viernes santo. 

A partir de esta propuesta, surgida desde la mesa de trabajo del gabinete de Gerardo Morales, si bien se repiten apellidos a un lado y otro del límite güemense, con Sáenz harán más permeable el tráfico terrestre. Un reciente furcio en tal contexto originó una intervención de antología del abogado Oscar Rocha Alfaro, quien puntualizó desde su cuenta en Twitter que “ni los municipios ni las provincias tienen fronteras…sólo límites!”.

Lo que llevará a una retrospectiva hasta 20 días atrás, los que parecen hoy como una eternidad, hasta cuando Morales proponía “cerrar” Jujuy y de paso le destinaba una molotov a Ciudad Autónoma y a Provincia de Buenos Aires. “Fronteras” adentro posiblemente hubiesen convivido ciudadanos jujeños “seguros” que no estarían expuestos al coronavirus, aunque probablemente con problemas alimentarios, ya que un aislamiento o un cierre de fronteras presupone que no entre ni salga una mosca. 

El encuadre un tanto menos integrista que ahora recalculó el líder norteño lo llevó desde aquella iniciativa jujeñocentrista hasta la posición liberal-regionalista de plantear una zona común de libre intercambio turístico y mercantil con Salta, Tucumán y Catamarca. Morales, ni cabe dudarlo, es hombre de decir extremo y precursor en la imposición de multa a quienes no usen barbijo al circular en la vía o lugares públicos. Sin embargo, no está claro –deberían tomar nota los aspirantes a seguirlo- la constitucionalidad de esta penalidad que supondría sumatoria de tres en uno para la Policía y podría desencadenar presentaciones judiciales masivas que atribuyen ir “de punto” al Estado.