La sucesión ha comenzado: La conspiración del poder

 

El escenario político en Salta ha sido impactado por un ciclo electoral que, con las listas que han sido postuladas para las elecciones del 11 de mayo, revela consolidaciones, reajustes, separaciones y nuevas agrupaciones que esperan con expectativa la elección a Gobernador de 2027. Una coalición de amplia envergadura sostiene las esperanzas de un tercer período para Gustavo Sáenz, aunque hay varios que tienen diferentes intenciones.

 

El martes pasado el Tribunal Electoral oficializó las listas de candidatos que presentaron, casi sin excepción, casi todas las fuerzas políticas de Salta. Sin demasiadas sorpresas el Gobernador acumuló apoyos como el de Bernardo Biella en capital para encontrar un alto nivel de competitividad para la senaduría capitalina, el cargo que determina si existe o no triunfo en las legislativas. Otros pases le permitieron revertir la intervención del Partido Justicialista, fuerza que concentraba legisladores e intendentes oficialistas.

El frente “Vamos Salta”, en el que conviven ahora los filo-progresistas, vació de dirigentes la nueva alianza entre el PJ intervenido y el Partido de la Victoria que también sufrió el éxodo de su flamante presidente Franco Hernández Berni, como también del ex alcalde de Rosario de la Frontera Gustavo Solís y la actual diputada por Orán Koki Juárez. No es mucho ni poco, pero la jugada habla del engrosamiento del saencismo que se perfila para estas elecciones legislativas como triunfador.

Lo que quedó en el PJ intervenido por Sergio Bernis es la plantilla de empleados y algunos críticos de la gestión del Tuty Amat que ahora son candidatos en una amalgama con los kirchneristas liderados por Sergio Leavy y Emiliano Estrada.

Un arreglo de último momento les permitió evitar más divisiones, luego de que funcionara el apriete hacia Jorge Guaymás, que dejó en la banquina numerosas listas que reducían el caudal de eventuales votantes del kirchnerismo local. El camionero es por estas horas uno de los dirigentes más cuestionados por esta “entregada”.

El sector más derechizado del saencismo se agrupó nuevamente en “Unidos por Salta”, aunque sufrió la defección de Salta nos Une –el partido del romerato- y de su satélite Partido Conservador Popular, la pyme de la familia Durand Cornejo. Un divorcio cantado luego de varias extorsiones para contener al hijo del senador nacional Juan Esteban Romero, que abandonará sin pena ni gloria su banca de diputado provincial. Al igual que su hermana Bettina, no logran generan consenso dirigencial ni simpatía ciudadana, y ni los malabarismos políticos del padre logran regresarlos a la arena política.

El movimiento libertario, como le ocurre a los fenómenos políticos de masiva adhesión, tiene fundamentalistas, postergados e impostores. Los primeros son los sectarios arracimados en La Libertad Avanza bajo la figura de la locuaz Emilia Orozco, que despreciaron la integración con la dirigencia del PRO, de la UCR y el Frente Plural. Son los que se sienten agraviados por la aparición del Frente Liberal Salteño que comandan Alberto Castillo y Alba Quintar, que encontraron un hueco para presentar su oferta y que también dan la vida por Milei.

Todos jugaron a pedir de boca del Gobernador, y está claro que podrían ser compensados en las elecciones nacionales en las que Sáenz nada tiene que jugar en medio de una nueva grieta. La tercera posición ya tiene un ejemplo funesto con la figura de Juan Manuel Urtubey. La elección del 11 de Mayo es la única que le importa al primer mandatario.

Pero no todo lo que brilla es oro para el oficialismo. El problema de semejante expansión territorial y dirigencial es que las peleas se producen hacia adentro, contaminando la eficiencia de la gestión. Una puerta de ingreso tan amplia ha permitido una silenciosa invasión de quienes son profetas del quintacolumnismo.

El 2023 ha demostrado que no resulta difícil unir a los opositores locales y que, tras esa experiencia, pueden coincidir nuevamente en 2027. En Salta no existe distancia ideológica sino proximidad por interés entre Emilia Orozco, Alfredo Olmedo, Emiliano Estrada, Sergio Leavy, Hernández Berni, Lara Gros, Solis y la familia Romero.

Otros intendentes, senadores y diputados dicen por lo bajo que son destratados y podrían buscar horizontes fuera del oficialismo si las perspectivas se complican. Todos son sobrevinientes hábiles que saben que la lealtad tiene niveles y límites. Así, se advierten indicios de una transversalidad que podría complicar a Sáenz en su intento reeleccionario de 2027, comenzando por la reestructuración territorial con actores que no generan confianza. Entre ellos está Julio Jalit que con veintiséis causas penales enterradas o demoradas, y de la mano de Baltasar y Marcelo Lara Gros, amenaza con volver a gobernar los destinos de Orán.

En el norte salteño Hernández Berni, Lara Gros y Jalit se jactan de haber impuesto a sus candidatos. Contra lo que se proponía desde la cúpula saencista, estos intendentes dicen ser dueños de diputados y senadores. Nadie duda de que Jorge Restom o Marcelo Lara Gros, en caso de conflicto, no responderán a Sáenz sino a sus padrinos.

El romerato no solamente utilizó el diario familiar para hostigar al oficialismo, y el partido de Durand Cornejo para colocar sus candidatos –entre ellos sacha-comunicadores que castigan a la gestión saencista sin limitación alguna-, sino que tiene vasos comunicantes desde hace mucho tiempo con Gustavo Solis, Hernández Berni, Estrada, Orozco y Olmedo. Ninguno de ellos ha tomado partida sobre la posibilidad de que Sáenz compita por un tercer mandato y se resisten a ello. Solamente la distancia que aún existe con el intendente capitalino Emiliano Durand le impide a este sector engordar expectativas de copar el poder con independencia de lo que pretenda Sáenz.

El problema es político, pero algunos buscan reducirlo a lo legal. En los pasillos judiciales pocos dudan de que Sáenz está habilitado para un nuevo periodo, como también tienen claridad de que su candidatura en 2027 será impugnada. Quiénes serán los que especularán hasta que se defina la posibilidad? Cuántos intendentes, diputados y senadores cercanos a Sáenz traicionarán su proyecto para salvarse en sus departamentos o municipios? Tal vez todo dependa del éxito de una gestión en la que el Gobernador es el que menos descansa y parece que siempre está en campaña.

Casi siempre silente, pero perseverante, esta semana Juan Romero tributó nuevamente en el senado su voto a favor de los candidatos a la Corte Suprema de Justicia que finalmente el senado nacional rechazó –Lijo y García Mansilla-. Habló de la necesidad de que se restablezca el diálogo entre los actores políticos nacionales, aunque en Salta profesa la doctrina del sabotaje. Confía en que para Octubre podrá renovar su banca contando con el viento favorable que le podría proporcionar a su veterana figura la mano de Javier Milei. Luego de esos comicios se desatará la pelea por la permanencia o sucesión de Gustavo Sáenz. La traición de muchos acecha.