En la Facultad de Agronomía de la UBA investigan qué sucedió con la flora y la fauna luego de la intensificación agrícola. Detectaron buenos reservorios al lado de las rutas y bajo los alambrados.

Hay menos ganado y más soja en el país. Eso es un hecho y tal situación ha transformado el paisaje de la región pampeana. Frente a las consecuencias negativas de este proceso, investigadores de la Facultad de Agronomía (FAUBA) estudiaron los ecosistemas que sobrevivieron. Y son optimistas: dicen que la biodiversidad puede recuperarse rápidamente a partir de reservorios de vegetación de las banquinas y los alambrados.

Según un artículo publicado en el sitio de divulgación científica Sobre La Tierra y luego trabajado por el diario Clarín, “esos corredores rurales proveen una cantidad de funciones ecológicas vinculadas a la biodiversidad. Entre otras, facilitan el movimiento de animales en el paisaje, sirven de hábitat para plantas, animales e insectos (allí se aparean, anidan, encuentran protección, se alimentan, etc.), hacen de filtro (muchos animales no llegan a cruzar las rutas) y facilitan que ciertos organismos migren a otros ambientes”.

De allí que el equipo de la UBA evaluara la capacidad de recuperación de la biodiversidad a partir de corredores rurales en experimentos ubicados en un campo de la empresa Syngenta, en la provincia de Santa Fe. “Instalamos dos tipos de parcelas. En unas se dejó de aplicar herbicidas y de cortar la vegetación; en otras se siguió adelante con esas prácticas. Al cabo de seis meses, la vegetación se había recuperado», comentó un agrónomo.

Pero al agrónomo lo sorprendió mucho más «que en un lapso más breve aun ya se había recobrado la comunidad de insectos, en su mayoría polinizadores y depredadores de otros insectos herbívoros. Incluso, observamos que ave típica de las pampas, el tinamú moteado, en pocos meses había logrado anidar, oviponer y tener sus crías”.

A partir de esos resultados, comenzaron a repensar los corredores rurales como hábitats que sostienen una parte importante de la biodiversidad en los paisajes agrícolas. La diversidad biológica es clave para la producción agrícola, ya que está relacionada íntimamente con la descomposición de los restos de cosecha (hongos, bacterias y otros organismos muy pequeños), la nutrición de los cultivos y la salud del suelo. También permite regular el impacto de malezas y plagas (roedores que comen sus semillas o avispitas que parasitan a insectos plagas de cultivos).