El país obtuvo la certificación tras demostrar la interrupción local de la trasmisión, contar con un sistema de vigilancia adecuado y asegurar el diagnóstico y tratamiento si aparecen casos importados.
“La certificación es el resultado de un trabajo muy arduo en el que tuvo lugar la capacitación y el reentrenamiento de todas las direcciones de Epidemiología y de todos los laboratorios de las provincias”, expresó el secretario de Gobierno de Salud, Adolfo Rubinstein desde Ginebra. Además el funcionario agradeció y reconoció “el fuerte apoyo de las provincias, en especial el de aquellas que tuvieron casos endémicos en el pasado como Salta, Jujuy o Misiones”.
Rubinstein explicó que tras las capacitaciones y acciones necesarias se invitó a las autoridades del comité certificador de la OMS para que realizara la evaluación externa. Las actividades de la comitiva internacional incluyeron distintas reuniones técnicas y visitas de campo en algunas provincias, hospitales e institutos como el laboratorio Nacional de referencia de malaria dependiente de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos (ANLIS).
“Hemos conseguido la certificación y lo celebramos, pero lejos de bajar los brazos seguiremos fortaleciendo el trabajo porque sabemos que el desafío continúa y lo seguimos asumiendo”, afirmó la subsecretaria de Prevención y Control de Enfermedades de la Secretaría de Gobierno de Salud, Miriam Burgos quien una ceremonia recibirá el certificado que da cuenta de este logro.
Burgos también agradeció a la OMS y a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) por el apoyo brindado. “Hemos recibido un asesoramiento de excelente nivel para lograr el cometido”, aseguró.
Por su parte, la directora nacional de Epidemiología y Análisis de la Situación de Salud, Patricia Angeleri, destacó que «este es el resultado de una política sostenida a largo plazo, en el que tuvieron especial protagonismo los equipos técnicos de todo el país, no solo a nivel asistencial, sino también en las áreas de vectores, vigilancia y de los laboratorios».
El último brote registrado en el país fue en la provincia de Misiones en el año 2007. En 2010 tuvieron lugar los últimos casos autóctonos en la provincia de Salta por Plasmodium vivax una de las especies de parásitos que causan la malaria o paludismo. Luego solo se han presentado casos importados.
Durante el 2018, hubo 23 casos confirmados. De estos, 19 fueron diagnosticados, notificados y tratados en Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el resto fueron en Mendoza (2), Santa Fe (1) y Córdoba (1). En cuanto a la procedencia de los casos, se observa que 65 por ciento, es decir, 15 procedieron de Venezuela, 3 de Nigeria, 2 de Perú, 1 de Tanzania, 1 de Camerún y 1 de Mozambique.
“A partir del trabajo realizado en el último año hubo un salto cualitativo que tuvo que ver con compartir la estrategia de diagnóstico precoz y tratamiento oportuno con todos los actores nacionales y provinciales”, indicó la coordinadora nacional de Vectores de la mencionada dirección, Laura Brandt.
Para el diagnóstico precoz fue necesario capacitar a una red de microscopistas a través de cursos intensivos a cargo del ANLIS- Malbrán con referentes de todas las provincias. Esto dio como resultado la formación de cerca de 50 microscopistas certificados.
Además se adquirieron drogas antipalúdicas y se realizó una distribución estratégica de la medicación en todas las jurisdicciones del país, con el fin de brindar el tratamiento dentro de las 24 horas de confirmado el caso.
Otra de las acciones fue el trabajo intenso en la sensibilización de profesionales de la salud para fortalecer la sospecha de paludismo por medio de capacitaciones presenciales y virtuales. Se desarrollaron guías de manejo clínico, de diagnóstico, vigilancia epidemiológica y entomológica y un plan de prevención del restablecimiento del paludismo.
“Sin dudas la certificación es un logro histórico para nuestra salud pública, un reconocimiento para todos aquellos que durante décadas trabajaron de manera sostenida en la lucha antipalúdica, llegando a cada rincón del país por más inhóspito que sea”, concluyó Brandt.
Paludismo en Argentina
El paludismo o malaria es una enfermedad potencialmente mortal causada por la infección de un parásito. Se da de manera muy frecuente a escala mundial, así, en 2016 se estima que hubo 216 millones de casos y 445.000 muertes por paludismo. La mayoría de los casos de 2016 se registraron en África.
La historia del paludismo en Argentina comenzó en la época colonial. Luego, a principios del siglo XX el país presentaba 200.000 consultas anuales sobre esta patología. Gracias a principios y procedimientos que sirvieron de modelo a otros países, a una legislación considerada en esa época de la más completa y efectiva, y al impacto producido por la campaña de erradicación con DDT entre 1947 y 1949, la tendencia en el número de casos de paludismo se tornó descendente, con años epidémicos relacionados con la situación de los países limítrofes.