La creación del “Museo Provincial Espacio Para La Memoria Miguel Ragone” tiene alcances históricos. La idea del mismo recoge gran parte del proyecto redactado por los organismos de derechos humanos salteños al que se había denominado “Instituto Provincial Espacio para la Memoria”. (DOM)

Hay proyectos que por sí solos hablan bien de una sociedad. Que la hacen más humana. Y justamente eso representa uno de los proyectos aprobados en la Cámara baja provincial el martes pasado: la creación del Instituto Museo Provincial Espacio Para La Memoria Miguel Ragone.

Ha llevado tiempo hacer cuajar este proyecto en la política salteña. La idea de la memoria, al parecer, asusta a algunos. Quizá porque los perjudica. El museo de la memoria fue impulsado por primera vez en 2008 por el mismo gobernador, pero fueron sólo palabras. Recién cuatro años después de aquel anuncio se volvió a saber algo el decreto 1842/12 ordenaba transferir “el Archivo Provincial de la Memoria, del ámbito del ex Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos al Ministerio de Gobierno”. Con otro anuncio se designó una encargada del archivo, pero la puesta en práctica efectiva de esa decisión volvió a caer en el olvido.

El martes pasado, un diputado logró unificar dos buenas ideas y convertirlas en una sola: Miguel Ragone y el Museo para la Memoria son partes de una misma búsqueda. El hombre al que homenajea la Ley es un símbolo poderoso en Salta. Un símbolo de la lucha por un mundo mejor; también, el horror: su muerte, su desaparición, es una herida abierta. “Nosotros queremos que el Instituto Museo Provincial espacio para la Memoria funcione en la residencia donde vivió el compañero, doctor y ex gobernador Miguel Ragone porque creo que no h ay otro lugar más pertinente; por todo lo que significó Ragone para la sociedad e historia salteña. Un ex gobernador desaparecido por hacer realidad aquellos principios sociales de justicia y de equidad, un gobernador que defendió los derechos humanos y los derechos de las minorías y que en el poco tiempo que estuvo al frente de esta Provincia marcó una diferencia”, dijo en la sesión del Martes Lucas Godoy, autor del proyecto.

Por eso el artículo segundo de la Ley especifica que “es misión y función del Instituto… el resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante la época del terrorismo de Estado, acaecidos durante los años ’70 e inicios de los ’80 hasta la recuperación del Estado de Derecho, así como sus antecedentes etapas y consecuencias, con el objeto de promover la profundización del sistema democrático, la consolidación de los derechos humanos y la prevalencia de los valores de la vida, la libertad y la dignidad humana”.

Para resguardar la memoria y promover los derechos humanos, el Instituto garantizará la protección, conservación y difusión de los bienes culturales, materiales e inmateriales, relacionados a la época en que se ejecutó el terrorismo de Estado; facilitará a todos los miembros de la comunidad el acceso a ese tiempo histórico que le tocó vivir, y los antecedentes familiares y sociales que explican su figura; reivindicará la tarea de los familiares de víctimas del terrorismo de Estado y los organismos de derechos Humanos como eje fundamental para alcanzar procesos de verdad, memoria y justicia y la afirmación del principio Nunca Más. También impulsará espacio s de investigación sobre la violación de los derechos humanos en la provincia de Salta durante el terrorismo de Estado y las consecuencias sufridas por la comunidad salteña en su conjunto.

Que el proyecto no está anclado en el pasado, sino que busca repercutir en el presente y, sobre todo, en la futura conformación de una sociedad más justa se percibe en algunas funciones: este no es un museo para mirar el pasado, este es un museo para cambiar el presente y por eso se realizarán exhibiciones o muestras, eventos de difusión, cursos, conferencias, tareas de capacitación, de estudios e investigación y promover o auspiciar todas aquellas actividades que lleven a cabo personas o instituciones ajenas al organismo objeto de la presente ley. Asimismo, desde el instituto se creará un instrumento pedagógico idóneo para hacer realidad el imperativo Nunca Más frente a conductas aberrantes. “Es importantísimo contar con un espacio de esta naturaleza para que se vea reflejado lo que venimos diciendo y se conserve la memoria para que se fortalezca la democracia y se respeten los principios básicos de la libertad y la dignidad humana”, concluyó en su alocución Lucas Godoy.

La urgencia de este proyecto también la dicta el presente provincial. Las constantes denuncias por torturas policiales en distintas comisarías y el maltrato sistemático de las fuerzas del orden. La urgencia de este proyecto de igual manera se percibe en la reacción de algunos legisladores, que no acompañaron el proyecto. Fueron pocos, pero en ellos aún pervive esa oscuridad que tanto daño le hizo al país en los años ’70.