La menstruación en la vida de las mujeres genera desigualdad ya que implica un acceso a productos menstruales que tienen un elevado costo y porque dificultan la vida cotidiana de las mujeres. Actualmente la inflación se vio reflejada en el precio de estos productos que tuvieron más de 50% de incremento. 

Según un informe de Unicef en la etapa de la juventud, en la Argentina la falta de acceso a estos productos genera un ausentismo de un 10% a un 20% del tiempo escolar, lo que podría ser también causante de deserción. El no poder acceder a estos productos dificulta la vida social de las mujeres. Existe en la sociedad la idea, prejuicio que la menstruación es un tema tabú, algo que las mujeres deben esconder, está relacionado a lo “sucio”. Se sitúa dentro del plano personal y se enmascara al sangrado, escondiéndolo para poder componer un cuerpo socialmente aceptable.

La menstruación genera desigualdad en la vida de las mujeres porque conlleva un gasto en artículos de gestión menstrual como son las toallitas, los tampones y protectores diarios como también en productos para calmar el dolor. Muchas de las menstruaciones son dolorosas por lo que lleva el uso de calmantes que implica un gasto en fármacos como un impedimento a la realización de ciertas actividades, limitando la vida y las posibilidades a espacios como la escuela y lugares de trabajos. 

Las instituciones que las mujeres deben transitar a lo largo de su vida no conciben la menstruación, por lo que no hay un tiempo para poder lograr la correcta higiene, ofreciendo desde el mercado productos que oculten el sangrado, tomando como personal algo que no es opcional. Esto está basado en lo que plantea la Psicóloga y Doctora en Ciencias Sociales Eugenia Tarzibachi: “Es el ideal de cuerpo ‘amenstrual‘-sin ningún rastro de mancha- y reproductivo -predestinado a ser madre- es decir: «el ideal masculino»” en su libro “Cosa de Mujeres: menstruación, género y poder”. Esto lleva a que la menstruación genere desigualdad económica, social y cultural entre hombres y mujeres, a la vez, algunos productos causan afecciones a la mujer ya que se realizan con químicos nocivos para la salud.

En la actualidad una persona menstruante necesita $829,17 por mes según el Observatorio de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana). A la vez informaron que los productos aumentaron en un 41% en la ciudad de Salta. Según el relevamiento en cada periodo se utilizan 8 unidades de toallitas femeninas, que tendrían un costo de $385,65 o 8 unidades de tampones a $212,90 y 20 protectores diarios con un costo aproximado de $190,62 y dos unidades de ibuprofenos con un valor de $40. Todos estos elementos pueden variar según cada persona porque puede haber algunas de ellas que pueda tener ciclos más largos que impliquen la utilización de más productos o puede sufrir la enfermedad de la endometriosis que implica menstruaciones más largas y dolorosas lo que complicaría su vida social. 

Teniendo en referencia los valores analizados por MuMaLá por año una persona tendría un gasto aproximado de $9.950,04 en higiene menstrual lo que llevaría q que a lo largo de los 40 años fértiles que se estima en una mujer sea aproximadamente de $398.001,60. Un gasto que no deben realizarlo los hombres y que las coloca en posición de desigualdad a las mujeres. Hay que tener en cuenta que los recios d estos productos son fluctuantes y en este último tiempo tuvieron un incremento de mas del 50%. 

La concejal Malvina Gareca afirmó que, según los datos recolectados en la provincia, “obtenidos “6 de cada 10 mujeres dejaron de comprarlos para poder comer”. El costo de los productos de higiene menstrual de acuerdo a un relevamiento realizado en marzo pasado, “una canasta de productos oscilaba en $800, pero tras la inflación ahora supera los $1000 por mes”. Por lo que implica un gasto dentro de la economía de las mujeres y se lo debe realizar por al menos unos 40 años que es el promedio de vida fértil de una mujer. 

La edil para poder paliar esta situación en la capital salteña propuso un proyecto para la gestión menstrual. Este fue aprobado y a través de la ordenanza se creará el Programa Municipal de Gestión Menstrual. El objetivo es proveer de manera gratuita productos de gestión menstrual a personas menstruantes en situación de vulnerabilidad socioeconómica que residen en la ciudad de Salta. Otro punto clave de este tratamiento es la de garantizar la promoción de la salud menstrual. “Se capacitará sobre menstruación atendiendo los ejes de educación, salud, economía y ecología; garantizar el derecho al acceso efectivo y gratuito de las personas menstruantes comprendidas en la norma, a los productos necesarios para una gestión menstrual segura, eficaz y digna y facilitar a las personas menstruantes información respecto de las distintas opciones existentes para el cuidado de la salud e higiene menstrual, promoviendo aquellas más económicas y de menor impacto ambiental.” expresó Gareca. 

La higiene menstrual es un asunto público que nos involucra a todos y no solo a las mujeres. La llegada de esta ley permitirá que las mujeres tengan una mejor calidad de vida reduciendo algunas barreras de género ya que sin estos elementos muchas de las personas menstruantes se ven impedidas a realizar actividades que son fundamentales para su desarrollo.