En la semana que se conmemora el aniversario de las luchas de las mujeres para acceder a un trato igualitario al de los hombres, un informe reveló que durante el 2013 se registraron 295 femicidios en Argentina, 40 más que hace dos años. Un flagelo que sigue ubicando a nuestra provincia entre las más desgraciadas. (Garrik)

Las mujeres aun no logran conmemorar su día internacional sin que el mismo se vea teñido con hechos de violencia que cada vez se generalizan más hacia sus personas. Según la ONG La Casa del Encuentro, cuando en el año 2008 comenzó a realizar un relevamiento sobre los casos a los que ha dado el nombre político de femicidios, el número de mujeres asesinadas por su simple género, no dejó de aumentar; de 207 pasó a 213, luego a 260, se incrementó a 282 en el 2011, disminuyó a 255 en el 2012 y el año pasado alcanzó la mayor cifra de los últimos 6 años, con 295 casos.

En efecto, el año pasado hubo una mujer asesinada por motivos personales cada 30 horas. Además se registraron 39 “femicidios vinculados” (es decir personas que quedaron “en la línea de fuego”, y fueron asesinadas por el atacante) y 400 fueron los niños y niñas que quedaron huérfanos tras el crimen de sus madres. Estos números pertenecen al informe anual que realiza el observatorio de la Asociación Civil “La Casa del Encuentro”. El Observatorio lleva adelante el registro de los casos publicados en las agencias informativas y en 120 diarios del país. Contabiliza los homicidios de mujeres por razón de género, es decir, casos que no tienen que ver con robos, secuestros u otras situaciones de la llamada “inseguridad” urbana.

Durmiendo con el enemigo

El documento reveló que 186 homicidios fueron perpetrados por parejas o ex parejas (de las cuales 112 tenían entre 19 y 30 años), siendo el hogar el lugar más inseguro para las víctimas, ya que 156 de ellas fueron asesinadas en su casa. Asimismo, el informe detalló que del total de estas muertes, 83 fueron producidas con armas de fuego, 64 apuñaladas, 37 murieron por golpes y 17 fueron incineradas.

Además, 11 estaban embarazadas, 32 habían realizado denuncias por malos tratos, 14 habían logrado órdenes de exclusión o restricción para los violentos, en tanto el registro identificó a dos mujeres trans entre las víctimas y a 4 de ellas que eran de pueblos originarios. Sobre los femicidas, la mayoría (113) tienen entre 31 y 50 años, y 15 de ellos pertenecen a fuerzas de seguridad. La provincia de Buenos Aires, por su densidad de población, reúne la mayor cantidad de femicidios: 89; le siguen Córdoba, 31; Santa Fe, 28, Salta y Chaco, con 16.

El problema

La violencia hacia las mujeres se basa en una relación desigual de poder, y se magnifica cuando se desarrolla en lo que conocemos como patriarcado, que es el sistema social de valores, creencias y costumbres en el que el hombre subordina a la mujer. En este sistema las relaciones de género son jerárquicas y desiguales, y es el que, lamentablemente, impera en nuestra región.

La agresión puede ser ejercida física, psicológica, sexual, económica y hasta simbólicamente. Este tipo de violencia la perpetra el grupo social dominante sobre el dominado sin hacer uso de la fuerza física, para imponer determinados valores, idiosincrasias y así condicionar las relaciones sociales. El grupo dominado usualmente desconoce o consiente esta imposición, por esto se dice que es la más peligrosa, ya que no siempre se percibe.

Este tipo de violencia se disemina como un virus, que si no es atacado a tiempo infecta a toda la sociedad y aparece en todos los ámbitos de nuestras vidas: en la escuela, en la familia, en el trabajo, etc. Y una de sus “vías de transmisión” más eficaces es la propaganda y los mensajes que se difunden en los medios masivos de comunicación, principalmente los audiovisuales.

A través de estos mensajes se suele difamar, injuriar, discriminar, humillar, y hasta promover, directa o indirectamente, la explotación de las mujeres, atentado contra la dignidad de las mismas. En todos estos casos se empieza a legitimar y a construir patrones socioculturales reproductores de la desigualdad lo que deriva en un ejercicio de poder agresivo hacia ellas.

Emergencia provincial

Diversas agrupaciones sociales en defensa de las mujeres, reclaman que aun no tuvieron respuesta positiva por parte del gobierno local, para que se declare la Emergencia Provincial en materia de Violencia de Género, ante el aumento de casos registrados en nuestra provincia. La declaración de la emergencia tiene por objeto visibilizar el problema  y efectuar una amplia convocatoria a todos los sectores para analizar cuáles serán las acciones a seguir.

Como propuestas urgentes solicitaron la creación de juzgados específicos de violencia de género para evitar las demoras por la cantidad de causas existentes en los tribunales penales comunes y encarar con el Ministerio de Educación programas de enseñanza en línea con la legislación nacional e internacional protectora de los derechos humanos en general y de las mujeres en particular, ya que, por ejemplo, aun denuncian la inaplicabilidad en todos los establecimientos escolares de la Ley 26.150 sobre Educación Sexual Integral. Además exigen campañas masivas de prevención de la violencia, de la erradicación de los patrones culturales que le dan origen

Finalmente, demandan prioridad al tratamiento de los organismos provinciales y municipales, con la asignación de partidas presupuestarias específicas y suficientes; incorporar la perspectiva de género en el abordaje de las problemáticas sociales y entender que no se trata sólo de un asunto de salud, educación, justicia, o seguridad, sino que es un tema transversal a todos los ámbitos, recordando que tomar medidas para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia es un mandato de la “Convención de Belem do Pará”, y leyes nacional 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales y provincial 7.403 de protección de víctimas de la violencia familiar.