En Purmamarca se presentaron doce proyectos de urbanización realizados por estudiantes de Arquitectura de la Universidad Nacional de Tucumán. Aseguran que el objetivo es el progreso cultural de la localidad. Según otros, la movida responde a un nuevo tipo de colonización protagonizada por empresarios turísticos.

Ocurrió el miércoles 26 de agosto, hace sólo una semana. El escenario fue el pueblo de Purmamarca, en Jujuy, conocido por su cerro de siete colores y su inmensa belleza producto de su geografía y de su población. Allí, detalló la autora del artículo publicado por el portal La Izquierda Diario, se presentaron doce “ante proyectos” que proyectan construcciones y obras como la “creación de una terminal de transferencia, un mercado municipal, un paseo de productos autóctonos, refacciones del edificio municipal, construcción de una casa parroquial, creación de un hotel municipal, un centro de recreación, una escuela de oficios, creación de un centro de alto rendimiento (deportes), un centro astronómico, creación de un centro educativo y re funcionalización del galpón municipal”.

La autora de la nota no dudó en señalar que el concepto de “progreso cultural” posee una carga etnocéntrica superada dentro de la teoría antropológica y que en el fondo no hace más que avalar “el progreso de unos pocos empresarios” aun cuando la decana de esa carrera tucumana, Olga Paterlini, manifestara que los proyectos se iniciaron con trabajo en sitio y conociendo a la comunidad, sus costumbres, sus técnicas constructivas, para después definir sus necesidades y a partir de allí surgieron los proyectos.

La nota no cuestiona la calidad técnica de los trabajos de los estudiantes que en la mayoría de los convenios con las empresas y el gobierno trabajan en condiciones precarias, sino la concepción de cómo se mide el progreso cultural de un pueblo. Según las autoridades de la carrera de Arquitectura de la UNT «Se trató de identificar cuáles eran las posibles intervenciones que revaloricen Purmamarca y que pueden elevar el nivel de cultura e identidad, del desarrollo y también lo que es un reordenamiento de lo que es el pueblo”, al respecto una pobladora de Purmamarca opinaba “quieren instalar una pileta en medio de Purmamarca y yo ni siquiera tengo agua para cocinar, para vivir día a día”.

En ese marco la autora concluye que “este proyecto no es inocente, ya que la UNT tiene convenios de ‘Colaboración e Intercambio docente, científico y cultural’ firmados con el Gobierno de la Provincia de Jujuy y la UNju, lo que de ninguna manera justifica que el rol de estos sea a favor de los empresarios y no de la población. La universidad y su función social, como formadora de profesionales de todas las ramas se debaten en Jujuy entre aportar a cubrir las necesidades de unos pocos que son los empresarios del turismo y los terratenientes o el de las comunidades de la zona y la población en general. Lo que deja abierto un debate más profundo sobre el rol de la universidad.

Un pueblo con siglos de historia pre hispánica y colonial, donde aún viven muchas comunidades indígenas y pueblo pobre en general es hoy la “joya de la corona” del Patrimonio de la Humanidad, joya que pertenece a un puñado de propietarios de hoteles que viven de la explotación alrededor del turismo y el avance sobre las tierras de las comunidades y la población, además de que son responsables del terrible impacto que este negocio causa en el paisaje, modificándolo con sus construcciones, así como de la perdida de sus costumbres y cultura ante el avance del capital.

Estos ejemplos de lo que la desenfrenada ambición por el lucro alrededor del Patrimonio de la Humanidad genera se complementa además con la entrega de sus recursos naturales, que en la provincia también están avalados por la UNJu que es parte de una “Comisión Asesora sobre la Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico relativo al Litio”, además del aval dado a casos de los estudios de impacto ambiental a favor de las mineras que se complementan también con el avance de la persecución y judicialización de aquellos habitantes que se oponen a los negocios de empresarios y el gobierno.

En las comunidades indígenas y en los pasillos de la Facultad de Humanidades de la UNJu se han abierto numerosos debates alrededor de esta situación que promete llevar el debate a órganos como el Colegio de Antropólogos de Jujuy y la Cumbre de pueblos originarios que se llevara a cabo en la provincia a fines de Septiembre, así como en las aulas donde se pretende abrir un debate alrededor de esta situación y discutir un plan de denuncia a las autoridades de las Universidades de Tucumán y Jujuy por su rol en los convenios con las empresas y el gobierno, además de sacar a la luz otras situaciones igual de escandalosas alrededor de posturas en este caso de la UNJu avalando los proyectos de las mineras”.