Luego del celebrado final del conflicto bagayero y el anuncio de que estábamos ante el principio de una solución definitiva; resulta que la Aduana “no da abasto” para controlar el bagayeo. Nada ha cambiado ni parece que vaya a cambiar.
A pesar de que el lunes se anunció con bombos y platillos una serie de medidas que supuestamente tendían a regularizar y controlar el bagayeo, la situación sigue siendo la misma de siempre. La situación es fácil de explicar: la Aduana instalada en el paso fronterizo de Aguas Blancas no tiene capacidad para controlar la gran cantidad de personas que diariamente cruzan la frontera cargando bultos de ropa.
“La Aduana no da abasto, les decía que la Aduana no está apta para tanta cantidad de gente que viene. Ni por el puente ni por el puesto de chalanas”, sostuvo Carlos Videla, vocero de los trabajadores de frontera.
El miércoles incluso hubo tensión en la frontera, cuando la Gendarmería intentó evitar que los bagayeros pasaran por pasos no habilitados. Pero eran tantos que la Fuerza debió ceder. “Es impresionante la gente que se juntó ese día, y no habían arreglado nada, lo habían hecho nomás de palabra y como nosotros también sabíamos que era de palabra, salimos a hacer nuestro trabajo”, contó Videla.
Destacó además que se “podía haber armado un lío tremendo ahí en el río porque había muchísima gente. Nosotros dijimos que éramos muchos, ellos no creían” y ahora “se dieron cuenta de que tienen que hacer las cosas como tienen que ser, porque si no, no sé dónde va a entrar tanta gente a trabajar”.
Videla afirmó que en Orán están “arreglando el problema” que les dejaron “porque todavía no se puede hacer lo que supuestamente vinieron a hacer, porque todo esto no se puede hacer de un día para el otro. Así que estamos tratando de hacer más o menos las cosas que ellos quieren”.
Aunque el tráfico está liberado en la frontera, hay inconvenientes porque se está decomisando mercadería a los “patrones”, comerciantes que vienen de compras desde otras provincias y para los que pasan la ropa los bagayeros.
El obispo de Orán, Gustavo Zanchetta, también destacó ayer que la nueva modalidad de control en la frontera se instrumentará de aquí a un tiempo. Calculó unos 120 días, en declaraciones a medios oranenses. Desde la Nación se indicó que comenzaron los trabajos para la infraestructura de control, pero no se anunció qué acciones se realizarán para ofrecer fuentes de trabajo.