El Colectiva Feminista MALA JUNTA cruzó a la presidenta del Observatorio Contra la Violencia hacia las Mujeres, Laura Postiglione, quien criticó a las feministas por su “radicalidad”. Mala Junta le respondió con una carta titulada “Nuestros Derechos nunca se conquistaron desde los escritorios”.
Ante las recientes declaraciones de la Presidenta del Observatorio contra la Violencia hacia las Mujeres, Maria Laura Postiglione respecto de la “radicalidad” de ciertos feminismos, nos parece imprescindible abrir el debate respecto de los desafíos que enfrentamos en un momento de retrocesos del campo popular en general, y de las mujeres en particular.
Sostenemos que los derechos que hemos conquistado los movimientos de mujeres y feministas a lo largo de la historia han estado siempre acompañados por la movilización de nuestras individualidades hacia la ocupación colectiva de los espacios públicos. En Argentina, constituyen su máxima expresión los Encuentros Nacionales de Mujeres que construimos desde hace 32 años. Desde las sufragistas que lograron el voto, hasta el movimiento Ni Una Menos que logró visibilizar de manera masiva los femicidios, pasando por las conquistas en materia de salud sexual y reproductiva, haciendo político lo que se creía personal, las estrategias a lo largo de la historia implicaron necesariamente ocupar las calles. Muchas veces con creatividad, otras de modos más disruptivos con los sentidos comunes de la sociedad, pero sin dudas fue la unidad de las mujeres y de la comunidad diversa quienes conquistaron las leyes de divorcio, identidad de género y matrimonio igualitario y las leyes en materia de Violencia de Género y Salud Sexual.
Si revisamos los últimos dos años de avance del neoliberalismo en nuestro país bajo la gestión de Mauricio Macri, vemos que sin duda fueron las mujeres y los movimientos feministas quienes se conformaron en los actores políticos más activos y combativos, protagonizando dos Paros de Mujeres (uno de los cuales llegó a desenmascarar la pasividad sindical de la CGT) y las Marchas de Ni Una Menos, expresiones que lograron instalar en la agenda social, mediática y política que el ajuste, además de precarizar las vidas de nuestro pueblo, lo hace de manera más cruel y contundente con las mujeres.
Tanto será así que una de las primeras medidas con las que se intentó disciplinarnos fue meter presa a una mujer, coya y organizada como Milagro Sala, junto a sus compañeras. Higui, Romina están libres y Belén absuelta gracias a nuestras luchas.
Estamos convencidas de que nuestro Feminismo Popular pretende cambiarlo todo, por eso reconocemos y creemos que las disputas deben darse en todos los terrenos, también en el estatal, para que las políticas públicas que exigimos en las calles, se cumplan en las instituciones y garanticen nuestros derechos. En este sentido, celebramos que en Salta exista un Observatorio de Violencia contra las Mujeres. Creemos urgente y necesario que se multipliquen los espacios donde, desde el Estado, se generen estadísticas, se promueva la transversalización de la perspectiva de género, se construyan protocolos y herramientas que favorezcan las prácticas equitativas en los ámbitos de la Salud, la Educación y la Justicia; pero esto no suplanta ni niega la necesidad histórica y coyuntural, de fortalecernos de manera organizada y unitaria, como expresó el Jallalla de Mujeres en Jujuy de este fin de semana.
Hoy más que nunca, necesitamos feminismos articuladores de nuestras luchas, en los territorios, en las calles, en las casas y en las instituciones. Seguimos proponiendo construir en unidad, para no retroceder ni un paso en los avances conquistados. Seguiremos gritando ¡Juntas más que nunca!
Colectiva Feminista MALA JUNTA